En una entrevista con Servimedia, Boada refirió que “está habiendo toda una problemática” que se resuelve “caso a caso” ante el déficit de normativas específicas, ya que la existente “había contemplado lo que pasaba hasta hace un par de años y ahora todas estas nuevas tendencias están poco legisladas”.

“Aquí, al final, ¿es responsable es el que conduce o es el propietario el responsable subsidiario?”, formuló a título de ejemplo para aquellos otros siniestros que ocurran en vehículos de alquiler.

No es el único desafío que encara el sector asegurador, ciudadano e industria en materia de motor. Boada apuntó la revolución que se avecina de la mano de la digitalización y por razones ecológicas, y lamentó los mensajes “un poco contradictorios” lanzados desde las instituciones que han hecho caer las ventas de vehículos y, consecuentemente, también la suscripción de pólizas.

“Han sido mensajes que no han estado demasiado consensuados o demasiados analizados con la industria”, señaló. A su juicio, cualquier “movimiento importante, sea tema de diésel o en cualquier otra línea”, precisa “hacerlo con un cierto orden y poniendo un poco de acuerdo a todos los actores para que sepan a qué atenerse o se pegan bandazos que no son positivos”.

“Los mismos fabricantes del automóvil comentan que, al final, se confunde al consumidor sin tener una idea clara de hacia dónde se va ni por dónde”, refirió Boada, persuadido además de la imposibilidad de cambiar el parque automovilístico nacional e internacional de golpe puesto que los conductores no sustituyen su vehículo hasta transcurridos una serie de años para amortizar la inversión.

COMPETENCIA EN EL SECTOR

Llevada la problemática al seguro, Boada reconoció que mete presión en un sector que “no ha abandonado” la guerra de precios y donde el ramo del automóvil es el más “rabiosamente competitivo”, hasta el punto de que la alta competencia es ya “consustancial al negocio”.

Según el presidente del Grupo Pelayo, esa rivalidad se suma a la presión ejercida por la transformación digital y los tipos casi a cero, que obligan a “replantear” dónde invertir el dinero de los clientes que cubrirá luego las indemnizaciones ante la desaparición de la rentabilidad en la renta fija.

“Nosotros este año la verdad es que estamos siendo muy rigurosos con la selección de riesgos, con la siniestralidad, intentamos ver si mejoramos eso para compensar dichos efectos, y la previsión que tenemos es que repetiremos más o menos en facturación y mejoraremos algo ligeramente los resultados. Para un año así de complejo no nos está yendo del todo mal”, desveló.

Al ser cuestionado por la posibilidad de nuevas alianzas tras la reciente suscrita con Asisa para distribuir seguros de Salud, Boada admitió que en el Grupo están “abiertos a cualquier tema que pudiera surgir”, aunque reconoció tener prácticamente cubiertos todos los ramos.

Para ofrecer un catálogo completo a clientes en el pasado forjó otras asociaciones con la ‘joint venture’ con Santalucía para productos de Vida o con Agromutua para temas agrarios. Descartó, eso sí, buscar gestoras como están haciendo otras aseguradoras y recordó que ahí tienen un acuerdo de colaboración en asesoramiento con AFI con el que está satisfechos.