Calviño compartió esta sensación al ser cuestionada al respecto y sobre la potencial revisión del objetivo de crecimiento antes de participar en la reunión del Ecofin.

La ministra desveló haberse reunido con el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovic, y su sucesor Paolo Gentiloni, y con los vicepresidentes de la Comisión Margrethe Vestager y Valdis Dombrovskis, precisamente antes de acudir al Eurogrupo para “ponerles al día sobre la situación económica y política de nuestro país y cuáles son las principales líneas en las que estamos trabajando”.

Sin dar más pistas, refirió, con respecto a la previsión de crecimiento, que el Ejecutivo está a la espera de tener la validación a su cuadro macroeconómico por parte de la Airef para remitirlo la próxima semana a la Comisión Europea.

“Les he puesto al día sobre las circunstancias políticas que, por supuesto, hacen que no podamos tener unas previsiones fiscales para el año 2020 previendo un presupuesto a tan pocas fechas de las elecciones generales. No he percibido ningún tipo de preocupación”, resumió e indicó que sus interlocutores “han tomado nota de la información” proporcionada.

Al ser cuestionada sobre la posibilidad de incumplir con el ajuste estructural del 0,65% recomendado por Bruselas precisamente al tener que prorrogar las cuentas, Calviño insistió en que el Gobierno “ha tenido perfectamente informadas a las autoridades comunitarias sobre cómo estaban evolucionando las distintas circunstancias” a lo largo del ejercicicio y reivindicó su compromiso con sanear al máximo las finanzas públicas.

“Desde el principio, el Gobierno ha tenido como objetivo reducir el déficit y la deuda pública lo más rápidamente posible, aprovechar el crecimiento económico que tiene nuestra economía y que sigue siendo muy superior a los países de nuestro entorno para avanzar más rápidamente en el saneamiento de nuestras cuentas públicas”, expuso.

Calviño lamentó que no se aprobasen las cuentas “debido a la pinza, el bloqueo de los partidos independentistas y de la derecha”, pero aseguró que, “dentro de las restricciones que tenemos desde el punto de vista político”, el Ejecutivo va a “hacer el mayor ajuste estructural posible” y bajar este año el déficit al 2%.

Sin embargo, avisó de que para su consecución requiere “no solo de una posición muy disciplinada del gobierno central”, que ya ha conseguido alcanzar el superávit primario, sino “también una actuación responsable” por parte del resto de autoridades y, en particular, de las comunidades autónomas, ya que “tiene un peso muy importante en el gasto público de nuestro país”.