Según informó el Estado Mayor de la Defensa (Emad), el general Romero pronunció una alocución en la que reconoció la “excelente labor” de su predecesor en el cargo, Francisco Rosaleny, y destacó que “en un entorno cada vez más complejo y difícil de predecir, donde cada día emergen nuevas amenazas, corresponde al Cifas la responsabilidad de alertar oportunamente al mando, misión que se debe cumplir empleando eficazmente todas las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías y a través de un sistema basado en el análisis riguroso y científico, donde la calidad prime sobre la cantidad”.

Esto le sirvió para fijar sobre tres pilares su línea de trabajo al frente del Cifas: la disciplina, la preparación y el estudio y la observancia de los valores y virtudes tradicionales de las Fuerzas Armadas.

Por su parte, el Jemad mostró su confianza en que el general Antonio Romero continuará la “senda de perfeccionamiento del Cifas, instándole a actuar con fidelidad a la “naturaleza callada, discreta, abnegada, profesional y reflexiva de la inteligencia militar”.

El general Antonio Romero ha desarrollado gran parte de su vida militar en la Legión, por donde ha pasado en la mayoría de sus empleos, mandando Bandera en el Tercer Tercio ‘Juan de Austria’ en Almería y en el Primer Tercio ‘Gran Capitán’ en Melilla.

Su destino anterior a la jefatura del Cifas fue el mando de la Brigada ‘Galicia’ VII y también estuvo destinado en las misiones internacionales en Bosnia, Kosovo, Afganistán y Líbano.

El Cifas es el órgano responsable de facilitar al ministro de Defensa, a través del Jemad, y al resto de autoridades militares, la inteligencia militar precisa para alertar sobre situaciones de interés militar con riesgo potencial de crisis procedentes el exterior y prestar apoyo necesario, en su ámbito, a las operaciones.