Así se expresó Planas al término de la reunión con organizaciones agrarias y de la industria agroalimentaria española para abordar el conflicto generado por la intención de Estados Unidos de aplicar nuevos aranceles a productos europeos, encuentro en el que participó también la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.

La inmensa mayoría de estos aranceles, unos 191,2 millones de euros, los sufriría el sector agroalimentario, que debería abonar el 25% de los 764,7 millones exportados el año pasado. El resto, unos 0,8 millones, los debería pagar el sector aeronáutico, el 10% de los ocho millones vendidos a clientes estadounidenses.

Según el ministro, en dicha reunión, se alcanzó “la conclusión unánime de que estas medidas no son aceptables porque no se justifican en modo alguno ni en el fondo ni en la forma en la realidad de un mundo como el actual”. Además, sentenció que “el sector agroalimentario no debería de verse afectado por estos conflictos comerciales generados por las ayudas públicas a la construcción de aviones”.

Tras lograr este consenso, que se une al establecido ayer con las comunidades autónomas, Planas viajará mañana a Bruselas para reunirse, junto con Xiana Méndez, con la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, y el de Agricultura, Phil Hogan.

El ministro aseguró que “en nombre del Gobierno y de todos los sectores implicados vamos a trasladar la firme voluntad de que la Comisión Europea defienda firmemente el interés de la UE y de España ante los Estados Unidos”.

Por ello, mostró su confianza de que antes de su entrada en vigor el 18 de octubre se pueda llegar a un acuerdo para el aplazamiento o cancelación definitiva de estos aranceles, teniendo en cuenta el caso paralelo abierto por las ayudas de Estado a Boeing.

A este respecto, recordó que el próximo lunes, 14 de octubre, está prevista una reunión en Ginebra del órgano de resolución de conflictos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la que España estará representada por la Comisión Europea.

En esta línea, Planas reiteró que “no es bueno para nadie entrar en una guerra comercial y no queremos, pero pensamos que nuestros intereses deben ser defendidos firmemente”.

Por su parte, el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias, Ángel Villafranca, expresó el “rechazo” del sector a estos aranceles y el “apoyo” al Gobierno, al que pidió actuar con “contundencia”. “No podemos seguir permitiendo que la agricultura sea moneda de cambio porque hay muchos sectores que exportan a Estados Unidos”, añadió.

En nombre de la industria, el director general de la patronal FIAB, Mauricio García de Quevedo, señaló que “el objetivo común” es acabar con estos aranceles que dañan a la industria, a los productores y a los consumidores en general y destacó que “la cohesión europea y la fortaleza es lo que nos puede llevar al éxito en esta batalla”.