El diagnóstico lo ofreció en el ‘I Foro La Toja Vínculo Atlántico’, durante una ponencia en la que repasó los elementos clave del actual escenario económico, así como el papel de la banca para apoyar el crecimiento económico.

En su intervención avisó de que factores como la digitalización y la globalización “disparan la velocidad de transmisión de cualquier shock”, la inestabilidad geopolítica “intensifica la incertidumbre” y el uso de divisas en las guerras comerciales supone “un factor de volatilidad adicional”.

Frente a estos desafíos, Escotet efectuó un llamamiento a “aprender a gestionar la incertidumbre”, y defendió “la fortaleza institucional como elemento imprescindible para generar confianza en contextos volátiles”.

A su juicio, la recuperación de las economías “no se puede sustentar solo en inyecciones de liquidez, cuyo impacto sobre el crecimiento se agota”, sino que “Europa necesita reformas estructurales para reactivar su crecimiento”.

Los ámbitos que estima que deberían estar en el foco para actuar son los relacionados con la cohesión, los sectores productivos en fase de madurez, la política fiscal común, el emprendimiento, la economía digital y la demografía.

En clave financiera, subrayó la intensa transformación experimentada por el sector financiero español tras la crisis, “con un aumento de capital de 89.000 millones desde 2007”, una “importante” reducción de su estructura y el “fortalecimiento de su modelo de gobernanza y la mejora de la calidad de sus activos”.

Según el banquero, esta transformación ha aumentado “su fortaleza para soportar coyunturas adversas e impulsar el flujo de crédito”, y asistimos a un “momento inmejorable” para la financiación de la inversión.

A su juicio las entidades financieras “deben” además “canalizar recursos hacia un modelo económico más sostenible”.