Coloquio con González

Rajoy tilda de “inquisidor” a Rivera por condicionar sus PGE a un caso sin “ninguna corrupción”

Madrid Vigo
SERVIMEDIA

El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy tildó este viernes al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, de “inquisidor” por condicionar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 a que renunciase la senadora del PP Pilar Barreiro, entones imputada y después absuelta, porque “ahí no había ninguna corrupción”.

Lo hizo al participar junto al expresidente socialista Felipe González en la charla ‘Tres miradas sobre España’, en el Foro La Toja-Vínculo Atlántico, donde proclamó que no aceptará “de ninguna de las maneras que se diga que somos un país más corrupto” o que éste se una problema estructural de los partidos en España.

El expresidente negó que en España seamos “paladines” en materia de corrupción, problema que achacó “fundamentalmente a las personas”. “Un partido no es corrupto por definición. El problema es de las personas”, se reafirmó.

Reconoció, no obstante, los “casos importantes” de corrupción que se han vivido en España “en los últimos tiempos”, lo cual no quiere decir, según su análisis, que este país sea más corrupto que otros del entorno. Así las cosas, consideró “que no es bueno que nos castiguemos inmisericordemente” al achacar mayor corrupción a los españoles.

“A mí me pusieron una moción y el argumento que se daba era la corrupción y en aquel Gobierno no había nadie condenado por corrupción, nadie llamado a declarar a un juzgado, nadie investigado…”, relató el exlíder de los populares sobre aquel momento. “Pues al final ese Gobierno supuestamente se fue a la calle por eso de la corrupción”, añadió.

En todo caso, expresó su convencimiento de que en España opera un sistema que castiga a quien hace “lo no debido” porque existe una “Justicia independiente” a pesar de que “nos gustaría que fuera más rápida”. Así las cosas, opinó que en este tema “hace falta un poquito de mesura por parte de todos”.

TROPELÍA

Pasó a rememorar aquí el momento en el que Rivera condicionó su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado de 2018 a que “se echara de partido a una senadora de Murcia porque la estaba investigando el Tribunal Supremo”, en referencia a Pilar Barreiro. “¡Me parecía una tropelía!”, confesó Rajoy, que dijo que entonces ya estaba “absolutamente convencido” de que el Alto Tribunal daría “carpetazo” a este asunto porque era “una memez de lo se le acusaba”.

Pero lo cierto, prosiguió Rajoy, es que Barreiro se fue, pese a que él fuera “incapaz” de pedírselo, y se sacaron adelante los Presupuestos. Después, la que fuera calificada de principal escollo para sacar adelante las cuentas públicas volvió al PP cuando el Supremo “dio carpetazo al caso”. “Ese día nadie habló del asunto y al inquisidor que condicionaba el apoyo a los Presupuestos a eso nadie le dijo ni mu”, denunció el expresidente.

Desde una perspectiva similar, González criticó que “en España uno es presuntamente culpable desde que acepta la responsabilidad de asumir un cargo público”, y aunque reconoció que en su época de gobierno tuvo que vivir casos de corrupción “dolorísisimos que era incapaz de comprender”, advirtió de que el pensamiento de que todos los cargos públicos son corruptos es “absolutamente destructivo para la credibilidad de la acción política”.

El expresidente socialista resaltó que “hay instrumentos muy sólidos para luchar contra la corrupción” y sin duda “hay que hacer una lucha seria para acabar con los corruptos, pero para que se dé la consideración debida a los servidores públicos que no se enriquecen” en el cargo.

Además, advirtió de que “uno no puede andar judicializando la política todo el tiempo”, porque “judicializar la política lleva a politizar la justicia”, y finalmente criticó que la figura dela acusación popular en estos casos “se ha convertido en una perversión”, y hay gente que se ha servido de ella “para chantajear, no para buscar justicia”.

(SERVIMEDIA)
04 Oct 2019
MFN/KRT/gja