Así lo revela un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicado este jueves que incluye los resultados de una encuesta a casi 530 familias con hijos en edad escolar y ha tomado como referencia las recomendaciones de la estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad).

Según OCU, los centros privados son los únicos que presentan una media de consumo de hidratos de carbono “acorde” con las recomendaciones, mientras los concertados son los que "más se exceden".

Además, dos terceras partes de los colegios sirven a los niños un “exceso” de carne mientras que los huevos “son escasos y parecen haber sido sustituidos por embutidos en muchos casos”.

El consumo de pescado es “adecuado” en la mayor parte de los centros, sobre todo en los públicos, ya que el 72% de los mismos cumple la recomendación.

La media de raciones de verdura se sitúa en 2,79 a la semana, por lo que se “ajusta” a lo recomendado, aunque las legumbres "escasean" en todos los centros y el pan integral está “ausente” en siete de cada diez.

El consumo de fruta se sitúa por debajo de lo recomendado, ya que dos de cada tres colegios ofrecen 3,5 raciones por semana como media.

En cuanto a los platos precocinados, son servidos como máximo dos veces al mes en el 59% de los colegios, cifra que asciende al 70% en el caso de los privados.

VARIEDAD ADECUADA

El 37% de los padres que han participado en el análisis opina que la variedad de alimentos que se les sirve a sus hijos es “adecuada” pero se quejan de la “masificación" de los comedores escolares y reclaman el cocinado en el centro.

En el 64% de los colegios públicos españoles la gestión del comedor es externa, frente al 53% de los concertados y el 38% de los privados, pero en dos de cada tres la comida se elabora diariamente en el propio colegio.

OCU cree que el precio no es un “aspecto decisivo” en el equilibrio nutricional y su informe señala que el coste del comedor es “muy similar” en los colegios privados y los concertados, en los que ronda los 130 euros al mes, mientras que en los públicos cuesta 98 euros de media.

Según la organización, los menús “han mejorado” con respecto a 2006, ya que ahora incluyen más pescado, huevos y fruta pero urge equilibrar el conjunto de la dieta del pequeño, aumentar la presencia de productos de cercanía y controlar el tipo de alimentos que expenden las máquinas de vending.