Así se refleja en el informe ‘Fraude digital por suplantación de identidad: incidencia, consecuencias y cómo combatirlo’, presentado por el Colegio de Gestores Administrativos de Madrid, en el que se señala que España es uno de los países donde más preocupación existe ante la suplantación de identidad digital, al tiempo que es uno de los países donde peor informados se sienten los ciudadanos respecto a los ciberdelitos.

En concreto, citando datos del Eurobarómetro 2017, el informe destaca que el 56% de los europeos consideraban una amenaza “muy importante” los ciberdelitos, por encima del 45% de los españoles. Sin embargo, al hablar de un ciberdelito concreto como el robo de identidad, los españoles preocupados por ello eran el 51%, por encima del 45% de media europea, y sólo superados por los ciudadanos de Luxemburgo, Alemania, Chipre y Eslovenia.

Así, el informe subraya que “mientras que el porcentaje de ciudadanos preocupados respecto al uso indebido de sus datos personales es elevado en España en comparación a los países de nuestro entorno, el nivel de información sobre los ciberdelitos es muy bajo”. Únicamente el 35% de los españoles se considera “muy bien” o “bastante bien” informado sobre los riesgos del cibercrimen, mientras que la media europea se sitúa en el 46%.

En este sentido, el informe remarca que el hecho de que casi dos tercios de españoles estén poco o nada informados sobre los riesgos del cibercrimen, “es un grave problema para asegurar un adecuado desarrollo de la sociedad digital, que puede ser aprovechado por los ciberdelincuentes para seguir actuando con impunidad”.

Además, España se sitúa a la cabeza, junto a Bulgaria y Reino Unido en el porcentaje de ciudadanos, usuarios de Internet, “muy o bastante preocupados” por este ciberdelito (78%), por el 69% de la media europea.

En contraste, indica el informe, “resulta interesante constatar como buena parte de los países del norte y centro de Europa muestran un nivel de preocupación frente al robo de identidad muy por debajo de la media europea, cuando en el resto de los indicadores suelen ser los países más destacados”. “Este fenómeno guarda estrecha relación con los condicionantes culturales bajo los que se desarrollan los diferentes modelos de interacción digital”, explica, agregando que “no se trata, por tanto, de una mayor confianza en los sistemas tecnológicos y las medidas de seguridad, sino en una mayor confianza en el comportamiento ético de las personas”.

Para los Gestores Administrativos “es de esperar que un incremento en este nivel de información entre los ciudadanos repercuta positivamente aumentando la concienciación sobre el impacto del robo y suplantación de identidad online”. Por ello, consideran que el combate frente al fraude digital por robo o suplantación de identidad digital debe contar con “la capacitación digital de los ciudadanos”, especialmente de las personas más mayores y personas sin formación, y el uso de herramientas de identificación robustas y seguras como el certificado digital”.

Además, añaden, que colaboradores sociales como los propios gestores administrativos pueden facilitar a ciudadanos y empresas “una relación más segura con la Administración Pública” y contribuir a la reducción del fraude digital por suplantación de identidad en nuestro país.