La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, hizo estas consideraciones este jueves en una comparecencia a petición propia en el Congreso de los Diputados para explicar la planificación y gestión de actuaciones de prevención, mitigación y protección frente al riesgo de inundaciones en el actual contexto de adaptación al cambio climático.

Además, la comparecencia de Ribera fue solicitada por Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y Esquerra Republicana en una petición debatida el pasado mes de agosto en la Diputación Permanente de la Cámara Baja.

Ribera comentó que fenómenos meteorológicos extremos como las inundaciones serán "más frecuentes e intensos" debido al cambio climático y que este verano se han producido seis episodios de lluvias torrenciales en España, incluyendo el que afecta desde el pasado lunes al área mediterránea peninsular y Baleares por la presencia de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).

Recalcó que esos episodios generaron inundaciones, algo que se ha acerado en las últimas décadas. Apuntó que más de 300 personas fallecieron en España en los últimos 20 años por avenidas de agua (la última, el pasado julio en el municipio navarro de Tafalla) y que estos fenómenos causan daños económicos por valor de 800 millones de euros anuales.

Reiteró que "el riesgo cero no existe" y que estos fenómenos son "cada vez más frecuentes", a pesar de que la población está más preparada para afrontarlos, por lo que requirió la colaboración entre todas las administraciones, los sectores afectados y los ciudadanos.

NUEVOS PLANES

Ribera señaló que al Gobierno español le corresponde diseñar ciclos de planificación hidrológica por mandato de la UE, así como los planes de gestión del riesgo de inundaciones.

El Ejecutivo identificó en 2011 un total de 1.342 áreas con riesgo potencial significativo de inundación en todas las demarcaciones hidrográficas. El departamento ahora encabezado por Ribera ha elevado esa cifra a 1.428, aunque aún queda por pendiente sumar las zonas de Baleares, y pretende publicar a finales de este año o comienzos de 2020 unos nuevos mapas de zonas potencialmente inundables en España.

Por otro lado, Ribera comentó que su departamento trabaja en la revisión de los planes de gestión de riesgo de inundación, que deberán estar aprobados en 2021, así como el tercer ciclo de planificación hidrológica, que deberá ser remitido a la UE.

La ministra consideró fundamental trabajar en la prevención del riesgo de inundaciones y en una mayor concienciación de ciudadanos, ganaderos y agricultores ante estos episodios.

OBRAS, SÓLO SI ESTÁN JUSTIFICADAS

Ribera subrayó que el fenómenos de las inundaciones es "complejo" y apostó por "infraestructura verde" como vegetación de ribera, al tiempo que se mostró tajante sobre la posibilidad de acometer nuevas obras, como encauzamientos o presas.

"Tenemos que tener la absoluta certeza de que este tipo de infraestructuras, por su impacto ambiental y su elevado coste económico y social, sólo se llevará a cabo, en su caso, cuando esté plenamente justificada su necesidad. Es decir, esa visión clásica de que ésta era la única manera de prevenir inundaciones se ha demostrado poco útil", sentenció.

Además, Ribera apostó por mantener los sistemas automáticos de información del nivel de agua en las cuencas hidrográficas, algo que, según apuntó, "se relajó en los últimos años"; trabajar con el Consorcio de Compensación de Seguros para invertir en la prevención del riesgo de inundaciones, e impulsar medidas de restauración fluvial cuando se producen las avenidas como consecuencia de lluvias torrenciales.