Así lo aseguró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que Celaá anunció que el próximo miércoles se reunirá con las principales organizaciones de editores, para que le expliquen el “malestar” que han manifestado recientemente al respecto.

“Es una derivada indeseable de la Lomce, que hizo proliferar de una manera desmesurada los libros de texto. Tenemos que volver al reparto que funcionó bien en la relación del Estado con las CCAA”, dijo.

Ese reparto de competencias educativas, explicó, serían de un 65% para el Ministerio de Educación y el resto para las autonomías sin lengua propia; y un 55% para el Ministerio en el caso de los currículum que tengan que completar las autonomías que dispongan de lengua propia.

Según la ministra, este reparto “vino funcionando bien desde la Logse” (ley educativa socialista del año 90), y que deja “espacio” a los gobiernos autonómicos “para completar el currículum”, porque las autonomías “también son Estado”.

El retorno a esas proporciones, insistió, se debe a su intención de mantener “mecanismos de cohesión del Estado”.

En citada reunión, la ministra pedirá a los editores de libros de texto que le expliquen “si se ha dado algún caso de manipulación por parte de algún Gobierno autonómico en los contenidos”, y precisó que escuchará a ver qué dicen “ahora”, porque “hace meses dijeron que no había ningún tipo de problema en los libros de texto”.