Las enmiendas de totalidad fueron presentadas por ERC-Izquierda Unida-ICV, la defendida por Gaspar Llamazares, y por el Grupo Mixto y defendida por Rosa Díez (UPyD) y José Luis Perestelo (Coalición Canaria), y rechazadas por el resto del arco parlamentario.

Una vez derrotadas ambas enmiendas de totalidad, la proposición seguirá el trámite de debate y votación de enmiendas parciales en ponencia y Comisión, para después volver al pleno del Congreso y ser enviada al Senado, pero todo ello por procedimiento de urgencia.

Llamazares denunció que el actual sistema refleja más el voto de los territorios que el de los electores, porque es “contraproporcional” y contribuye por ello a la desafección de los ciudadanos respecto de la política.

Abogó por ello por una reforma de calado que “regenere la vida política”, garantice la representatividad igual que la gobernabilidad y supere la “regresión” que, en su opinión, supone la proposición de ley.

Su enmienda proponía reducir la representación mínima inicial de cada provincia a un escaño, aumentar el total de escaños a 400 y sustituir el método D´Hont por otro más proporcional, como el Hare.

En términos parecidos se expresó Rosa Díez, que defendió una enmienda junto a Perestelo, contrario sobre todo a cualquier decisión que limite el voto de los españoles residentes en el exterior.

En nombre de CiU, Jordi Xuclà defendió que se trata de una “gran” reforma y emplazó a los partidos a “dejar de hacer números a la carta en función de sus intereses”. En esa misma línea, Aitor Esteban, del PNV, expresó su sensación de que el sistema se critica en función de cómo van los resultados de cada cual, por lo que instó a todos a defender “lo mismo” en todas partes.

José Antonio Bermúdez de Castro, del PP, subrayó que el sistema vigente “ha funcionado” pese a no ser perfecto, y ha garantizado el pluralismo, la alternancia y la gobernabilidad sin perjudicar ni beneficiar a partidos concretos sino, en todo caso, “posiciones” determinadas.

Recordó, en ese sentido, que las mismas formaciones que ahora tienen un escaño han superado los veinte con el mismo sistema, por lo que esa fluctuación, en su opinión, no depende de las reglas electorales, sino del respaldo ciudadano. La legislación, aseguró, no se puede reformar “a la carta ni por intereses partidistas o coyunturales”.

El socialista Elviro Aranda defendió la reforma en términos similares y aseguró que el objetivo era mejorar la calidad y las garantías del ejercicio del derecho a voto ajustándose a los preceptos constitucionales.

La proposición de ley es el resultado de dos años de trabajos de la subcomisión creada para estudiar la reforma electoral, y entre otras cosas modifica el formato de la papeleta del Senado, aunque no el modo de elección de los senadores, porque desde un principio los partidos mayoritarios evitaron cualquier posible modificación de la Constitución.

Establece el voto en urna en los consulados para los residentes en el exterior y el envío de las sacas a España por valija diplomática. Además, para votar en las municipales habrá que estar inscrito en el censo de residentes del municipio, por lo que quedarán excluidos los residentes en el exterior.

Una de las principales reformas es la que exige que las mociones de censura en los municipios sean respaldadas por tantos concejales añadidos a la mayoría como tránsfugas la apoyen.

Se reducen la publicidad y la propaganda electoral y los gastos de los partidos en campaña, y se permitirá a los votantes meter su papeleta en la urna, además de otras modificaciones formales sugeridas por la Junta Electoral Central en cuanto a la actualización y cierre del censo, impugnaciones y medidas para evitar el fraude.