Así lo indica el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos en su 'Informe Anual 2018', publicado este martes, en el que advierte que “la ratio de deuda pública se mantiene cerca de sus máximos históricos y muy por encima del 60% recomendado”.

En cuanto al déficit, subraya que “desde 2015 no se han registrado avances reseñables en la reducción del déficit público estructural”, manteniéndose éste en 2018 en un nivel similar al de años anteriores, y que “prácticamente toda la reducción observada en el déficit público”, que bajó hasta el 2,5% del PIB a cierre de 2018, “se habría debido al efecto del ciclo económico y a la disminución de la carga de intereses”.

En este sentido, el informe destaca que la reducción del déficit público por debajo del 3% del PIB supondrá el paso de España del componente correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la UE al componente preventivo del mismo y que esto “exigirá mantener un elevado esfuerzo fiscal en los próximos años”. En concreto, el organismo explica que “en esta nueva situación, España seguirá sujeta a un conjunto de reglas que restringen la actuación de su política fiscal”, como tener que disminuir el déficit estructural en 0,5 puntos porcentuales de forma anual.

Sobre este punto, fuentes del Banco de España señalaron que el impacto en el PIB de un ajuste de deficit puede ser más o menos distorsionador en el crecimiento de la economía según cómo se haga, por lo que recomiendan aprovechar el crecimiento de la economía española por encima de su potencial para reducir el déficit en una fase alcista como la actual, ya que hacerlo durante una recesión tendría un impacto negativo mayor.

Asimismo, estima que el cumplimiento de estas reglas sobre la evolución de la ratio de deuda pública sobre el PIB “exigiría un superávit primario promedio del 1,5% del PIB, frente al equilibrio primario de 2018, lo que lograría situar la deuda pública sobre el PIB ligeramente por debajo del 80% en 2028”.

GASTOS E INGRESOS

Por ello, el Banco de España aboga por analizar en profundidad la estructura de gastos y de ingresos de las administraciones. En el lado del gasto, considera que “existe margen para seguir aumentando su eficiencia y reorientar su composición hacia aquellas partidas con mayor incidencia sobre la acumulación de capital físico, tecnológico y humano”.

En concreto, el informe apunta que “la redefinición de la cesta de impuestos y la reorientación del gasto hacia partidas como educación, I+D o políticas activas del mercado de trabajo permitirían extender los beneficios de la recuperación y fomentar el crecimiento a largo plazo”.

En cuanto a los ingresos, el organismo supervisor observa “margen para redefinir la estructura de la cesta de impuestos” y considera susceptible de revisión “el elevado nivel de beneficios fiscales actual, derivado de la presencia de numerosas exenciones, deducciones y tipos especiales reducidos, que generan pérdidas importantes de recaudación y distorsionan la eficiencia y la equidad del sistema impositivo”.

Sobre este punto, el Banco de España también destaca la necesidad de reformas respecto a los ingresos y gastos del sistema de la Seguridad Social para hacer frente a su déficit, así como “al progresivo envejecimiento poblacional”.

Por otra parte, el informe también señala como “prioritario” revisar el sistema de financiación de las comunidades autónomas con el objetivo de “adecuar los ingresos, sobre la base de una estimación objetiva previa de estas necesidades, de garantizar un reparto transparente y de incrementar el grado de corresponsabilidad fiscal”.

“En una estructura administrativa tan descentralizada como la española, el concurso de las Administraciones Territoriales en el esfuerzo de consolidación presupuestaria es esencial”, concluye sobre este punto.