Juicio Procés

El tercer teniente alcalde de Barcelona afirma que las “cargas policiales indiscriminadas” del 1-O fueron una “inmoralidad”

- Una voluntaria de la ANC presente en el pasillo de voluntarios del 20-S: “No era un cordón de seguridad, era para organizar”

MADRID
SERVIMEDIA

El tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona por Barcelona en Comú y diputado electo por En Comú Podem, Jaume Asens, declaró este lunes como testigo en el juicio del ‘procés’, donde aseguró que las “cargas policiales indiscriminadas” del 1-O en el colegio Ramon Llull fueron una “inmoralidad”.

Asens declaró como testigo este lunes ante el tribunal que juzga el ‘procés’. Nada más comenzar su testifical calificó de “situación de excepcionalidad” los registros judiciales vividos en Cataluña el 20-S.

Sobre la concentración en la sede del departamento de Economía, Asens indicó que “los que estábamos allí no teníamos conciencia, es mi percepción, de que se estaba realizando una diligencia en la sede”. Se trataba, aseguró, de “una protesta finalista, si se me permite la expresión, es decir, que no era instrumental para conseguir un objetivo”.

Al ser preguntado por Àlex Solá por la excepcionalidad de la concentración, fue interrumpido por el presidente de la sala, Manuel Marchena, quien apuntó que le estaba pidiendo una valoración personal al testigo. “Es el teniente alcalde de Barcelona”, contestó el letrado. “Sí, lo ha dicho, pero lo que tiene que hacer es relatar, no valorar la normalidad o anormalidad de concentraciones ante la existencia de detenidos”, afirmó Marchena.

Tras unos minutos de debate ente el letrado y el magistrado sobre la pertinencia de las preguntas, Marchena le recordó que “no tiene ningún interés para el tratamiento jurídico de los hechos el posicionamiento político de los hechos, el testigo viene a narrar no a valorar, en consecuencia realice preguntas que pueda contestar el testigo”, sentenció el presidente de la sala. Así, sobre el manifiesto de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Asens explicó que el ayuntamiento de Barcelona no forma parte de esta entidad, a pesar de que hicieron una declaración invitando a los ciudadanos a participar en el referéndum. “Entendíamos que era un ejercicio legítimo, por razones morales, políticas, y jurídicas, estamos ante un abuso de derecho a nuestro entender, por eso apelamos a la ciudadana a ejercer acciones de desobediencia pacífica”. Una vez recibida la notificación de la suspensión, continuó, “entendíamos que ya no tenía consecuencias jurídicas, pero era un ejercicio de movilización, estaban en juego derechos fundamentales”.

"RESTABLECER EL DIÁLOGO”

Por este motivo, continuó, votó el 1-O. “Era una forma de presionar al Partido Popular para restablecer el diálogo”, afirmó. Durante aquella jornada estuvo presente en diferentes centros de votación. Sobre el Ramon Llull indicó que presenció “cargas policiales indiscriminadas, golpes contra gente indefensa, dispararon de pelotas de goma sin las advertencias previas y sin la distancia, a mi parecer, que exige el protocolo”. Aquello era una “inmoralidad”, apuntó, “pude entrevistarme con personas heridas, hice un hilo de twitter, hablé con Roger Español que perdió la visión de un ojo. Hubo 30 heridos”.

Por estos hechos, recordó, el ayuntamiento puso un teléfono de atención jurídica y psicológica a disposición de los ciudadanos. Una vez reunido material probatorio y tras reunirse con personas lesionadas aquel día. “Les organizamos y les acompañamos a presentar denuncia y nos personamos como acusación popular en el caso que está juzgando el juzgado número 7 de Barcelona”, resaltó.

Aquel día, relató, también estuvo presente en la sede de la CUP, antes de acudir a Economía, “para realizar labores de mediación”. Según explicó, le pidieron “interlocutar con el mando al frente del operativo”, pero fue “imposible”, ya que “los agentes no me lo permitieron”, así que “advertimos que iríamos al juzgado de guardia para comunicar lo que estaba sucediendo”. Media hora más tarde, añadió, se retiraron. En esta concentración, recordó, había en torno a 2.000 o 3.000 personas. “En Barcelona es habitual la celebración de concentraciones no comunicadas, a diferencia de otras ciudades como Madrid”, apuntó.

“CORDÓN DE VOLUNTARIOS”

La siguiente en declarar ha sido una voluntaria de la ANC, Sílvia Prat, citada como testigo por la defensa de Jordi Cuixart, ejercida por la letrada Marina Roig. La testigo aseguró que no fue convocada por nadie y afirmó que fue "voluntaria porque principalmente sentí la necesidad de manifestarme por lo que estaba pasando”. Al llegar a plaza Catalunya “me encontré una carpa y pedí en qué podía ayudar. Me dieron un peto y me dijeron que debíamos ir al cordón de voluntarios para hacer relevos a la gente que llevaba allí muchas hora, llevar agua…".

Prat fue una de las personas que formaron parte del cordón que impulsó la ANC. “Hicimos un pasillo para facilitar el acceso y la salida de la Conselleria de Economia. No era un cordón de seguridad, era para organizar y nos entrelazamos por comodidad, para estar mejor. La gente nos respetaba" en cualquier caso.

Al anochecer, relató, alguien les comunicó que Jordi Sànchez había pedido que los voluntarios hicieran un cordón que se situase entre los vehículos de la Guardia Civil] y la gente. “Teníamos que hacer que la gente bajara de los vehículos. Había una señora de 77 años, la yaya le decían, a la que la gente le había cogido cariño, y ella fue quien dijo a la gente que bajara. Cuando conseguimos que, a regañadientes, se bajaran, (...) cerramos y ya está”, rememoró la testigo. La testigo admitió que no sabía que había armas dentro de los vehículos y que desconocía el motivo por el cual debían custodiarlos.

Esta voluntaria recuerda que "la mayoría de personas que estaban sobre los coches eran más jóvenes, más eufóricas y efervescentes. Hacía falta calmar un poco los ánimos". En ese escenario inscribió la intervención de las políticas de la CUP Eulàlia Reguant y Mireia Boya, que se subieron a los vehículos "para calmar los ánimos" de la gente más joven. Prat aseguró a preguntas de la defensa que las intervenciones que hicieron Jordi Sànchez y Jordi Cuixart desde el escenario para desconvocar la protesta no se pudieron oír por la mayor parte de los concentrados cuyos miembros más jóvenes “no querían marcharse, querían seguir la fiesta”, aseguró.

También declaró como testigo Maria Luisa Martínez Olivera por su presencia en la concentración frente a la sede de Economía el 20-S. Estuvo allí desde las 9.30 hasta las 10.30 horas y, tras acabar su jornada laboral, volvió sobre las 18 horas, entonces preguntó a la ANC si podía ayudar, “me dijeron que sí, me dieron el peto y me quedé hasta pasadas las doce”. Fue parte del cordón de voluntarios cuando les informaron de que iba a salir la comitiva judicial por allí. “Me sitúe en la cabecera, estuve tanto en cordón como en pasillo por si hacía falta alguna cosa y los voluntarios nos íbamos turnando”.

A última hora de la tarde, explicó, intentaron “pasar el cordón por los ‘patrol’, mi labor fue intentar bajar a la gente e ir colocando a los voluntarios en el perímetro de los coches. No fue fácil, pero se pudo hacer”. Esta orden, aclaró, la recibió del presidente de la ANC, Jordi Sànchez, pero entonces desconocía el motivo. Desde donde estaba, agregó, no veía la puerta del Coliseo, “tan solo a dos miembros de la Brimo, pero se replegaron en seguida”. “En ningún momento”, apuntó, fueron empujados por los manifestantes, de hecho, “en algunos momentos estábamos de brazos cruzados”.

Cuando Jordi Cuixart se dirigió a la gente para desconvocar, “hubo un grupo de estudiantes que le pitaron, pero insistió, después subió también Jordi Sànchez y explicó que quedaban convocados para el día siguiente y que aquello había terminado”, concluyó. Con estas declaraciones terminó la sesión de este lunes, el juicio se reanudará mañana a las 10 horas.

(SERVIMEDIA)
13 Mayo 2019
ICG/SGR/gja