Medio ambiente
Sólo uno de cada cuatro ríos con más de 1.000 kilómetros fluye sin embalses
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Apenas 21 de los 91 ríos con más de 1.000 kilómetros de longitud del planeta conservan una conexión directa entre la fuente y el mar, lo que quiere decir que casi dos de cada tres de los más largos del mundo han sido cortados por presas, embalses u otras construcciones hechas por el ser humano y que han dañado algunos de los ecostemas más importantes del globo.
Ésta es la conclusión de un estudio realizado por un equipo internacional de 34 investigadores de instituciones de 15 países y puyblicado en la revista 'Nature'. Mediante datos satelitantes y modelos informáticos, los científicos analizaron la conectividad de 12 millones de kilómetros de ríos en todo el mundo en lo que es la primera evaluación global del impacto humano en las vías fluviales del planeta.
Así, 21 de los 91 ríos de más de 1.000 kilómetros fluyen libremente desde que nacen hasta que desembocan en el mar, lo que supone un 23% del total. Ese porcentaje se eleva al 37% si se tiene en cuenta los 242 ríos más largos del planeta, algo que, según los expertos, tiene un efecto en la biodiversidad de la Tierra.
La mayoría de los ríos largos de flujo libre se limitan en gran medida a regiones remotas del Ártico y de las cuencas del Amazonas y el Congo. En áreas densamente pobladas sólo hay un puñado de vías fluviales largas cuyas aguas discurren ininterrumpidamente, como el Irrawaddy y el Salween, que discurren por el sudeste asiático.
"Los ríos del mundo forman una red intrincada con enlaces vitales a la tierra, el agua subterránea y la atmósfera", apunta Gunther Grill, del Departamento de Geografía de la Universidad McGill (Canadá) y autor principal del estudio, quien añade: "Los ríos que fluyen libremente son importantes tanto para los seres humanos como para el medio ambiente, pero el desarrollo económico en todo el mundo los está haciendo cada vez más raros".
Hasta ahora se calcula que en el planeta hay cerca de 60.000 grandes presas de al menos 15 metros de altura que separan ríos, de las 2,8 millones que se han construido en todo el mundo.
El bloqueo de los ríos interrumpe el flujo de nutrientes vitales para reemplazar a los perdidos a través de la agricultura y disminuye la cantidad de especies fluviales que pueden completar sus ciclos de vida y los flujos de sedimentos que los deltas proporcionan a las regiones costeras, que ayudan a proteger a millones de personas contra el aumento del nivel del mar.
Los investigadores indican que las presas ya han provocado una caída significativa en los peces de río, que proporcionan casi toda la proteína animal consumida por cerca de 160 millones de personas. WWF señaló el año pasado que las poblaciones de especies de agua dulce habían disminuido en un 83% desde 1970.
Además, recalcan que más de 3.700 proyectos hidroeléctricos o presas están en construcción, incluidos algunos en ríos que suponen un soporte vital para las poblaciones humanas que viven a lo largo de ellos.
Los investigadores indican que la energía hidroeléctrica es significativamente más limpia en términos de emisiones de CO2 que el petróleo, el gas o el carbón, pero los grandes proyectos podrían tener efectos negativos imprevistos.
(SERVIMEDIA)
12 Mayo 2019
MGR/gja/nbc