Así lo reclamó ante los medios frente al Congreso de los Diputados la portavoz de la citada asociación, la profesora Carmen Cabestany, que recordó que "uno de cada cuatro o cinco estudiantes sufren acoso y ya algunos no pueden más y desaparecen porque no hemos tenido la sensibilidad y la capacidad de poner medidas para salvarles".

"Hemos venido a ver si alguien nos echucha", indicó, a sabiendas del parón legislativo por las convocatorias electorales, aunque el decálogo que presentó a la prensa ya está en conocimiento de Ciudadanos y el PSOE.

Para la portavoz, el acoso escolar es "un tema de consciencia y conciencia" para el que hay que poner medidas como la educación emocional desde las etapas más tempranas, formar al profesorado y que los protocolos salgan del centro escolar pues éste "es juez y parte".

Las peticiones de NACE también pasan por un programa básico de prevención de tutoría entre iguales y una mayor conciencia social e intervención de la justicia. "No es un tema menor. No son cosas de niños, son cosas que matan", subrayó.

PREVENCIÓN

Por ello, en la organización consideran que "herramienta" como el teléfono contra el acoso y la ley del "chivato" son insuficientes frente a otras necesidades que en su opinión son precisas "que se ejecuten ya".

"El acoso escolar es un tema en el que todos los grupos tienen que estar acuerdo, con medidas efectivas. Queremos prevención, es de sentido común", revindicó.

Entre las pocas decenas de asistentes en la concentración se encontraba el jugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta, que narró cómo fue víctima de acoso escolar cuando era adolescente debido a su apariencia física, situación que le llevó a plantearse el suicidio, según admitió.

"No se puede permitir que siga habiendo acoso escolar, los casos van aumentando y son más bestias, hace falta solucines ya, no basta con palabras", sentenció.

Zubizarreta también se dirigió a las víctimas y les pidió "que echen valor y lo denuncien" para deshacerse del acoso que protagonizan cada vez más "manadas" de estudiantes.

Desde su perspectiva, esas situaciones se producen también por el caldo de cultivo que fomentan muchos padres con la superprotección y la legislación que transmite a los menores que tienen derechos pero no obligaciones, además del contexto socioeducativo que rechaza la cultura del esfuerzo.