Elecciones Generales

Un artículo de FAES vaticinó la debacle del PP por "demoler" su base electoral

MADRID
SERVIMEDIA

Un artículo publicado en el último número de la revista de FAES, presidida por José María Aznar, vaticinó antes de las elecciones generales del 28 de abril la debacle del PP por haber "demolido" su base electoral durante los últimos años, en concreto desde que Mariano Rajoy invitó a los conservadores y liberales a abandonar el partido.

Miguel Ángel Quintanilla, politólogo y director académico del Instituto Atlántico de Gobierno, que formó parte del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) y es director de Publicaciones de FAES, publica en el último número de Cuadernos de Pensamiento Político un artículo titulado 'El síndrome de Popeye. Fusión, confusión y desgarro en la derecha del (Club) Siglo XXI", que vió la luz antes de las elecciones del pasado domingo.

En el artículo, subraya que la unión del centro-derecha se produjo en 1993 y eso hizo del PP "lo que ha sido desde entonces hasta no hace tanto", ahora pendiente de "un desenlace que establezca si la derecha tiene vida propia al margen de la persona que le dio forma política moderna y ganadora o si, por el contrario, deberá esperar en su derrota, que sería la fase final de su rápido declive, a que se le explique y aprenda de nuevo la misma lección de entonces: que la política incorpora valores y principios, pero no consiste ni en su exhibición permanente ni en su conversión explicita en políticas públicas", y solo cuando se comprende eso se puede agrupar mucho voto y formar mayorías.

La derecha tiene que entender, explica, que "el Parlamento no es cuartel, no es la Iglesia, no es la escuela, no es el juzgado y no es la casa. Y que se respeta la casa, el juzgado, la escuela, la Iglesia y el cuartel cuando no se confunden con el Parlamento".

El texto comienza reproduciendo una extensa cita de la conferencia de Aznar ante el Club Siglo XXI el 29 de febrero de 1998, en la que se puede encontrar el origen del PP que ganó y gobernó, y que fue el partido más votado de España en los 25 años siguientes. Ese PP, explica, sabía que ganar las elecciones para "hacer cosas buenas y que el rival no haga cosas malas" es también un principio de la política.

"Generar propuestas transversales y moderadas no es desistir, es hacer bien lo que la política requiere, que no es seguir siendo lo que uno es cuando está solo, sino dejar de serlo para unirse a otros que también ceden, y juntos hacer lo más importante". Por ello, añade, el "error de pretender echar a los liberales y a los conservadores, y las consecuencias de haberlo hecho. Y de ahí, también, la necesidad de parar y de revertir ese proceso".

"CONTRADICCIÓN INTELECTURAL Y MORAL"

Al hilo de esa reflexión, Quintanilla carga contra "la contradicción intelectual y moral de quienes impostan indignación con lo que supuso el marianismo cuando en realidad se aprestan a llevarlo a sus últimas consecuencias: fracturar, consolidar la fractura y llevar a la derecha a la derrota".

Quintanilla alerta de la necesidad de diferenciar, por un lado, "los principios que guían nuestra vida privada y que no debemos tratar de convertir en ley positiva, puesto que la ley debe ser cumplida por todos y no solo por quienes piensan igual": y, por otro, los principios de orden político público alrededor de los cuales se pueda forjar una amplia mayoría de gobierno.

"Basta con echar un vistazo a las confusas, erráticas, pendulares y hasta chocantes biografías personales e intelectuales de algunos de los más notables militantes de la denominada nueva política en la derecha para barruntar problemas y experiencias de orden privado pendientes de digestión, y también una mirada literalmennte paternalista hacia el poder", denuncia.

En un momento dado, apunta lo "sorprendente" que resulta ver "el número de votantes con nariz tapada de Rajoy, incluso actívisimos y agresivos postulantes de su voto, que ahora que Rajoy no está y pueden destapar su nariz aunque el ambiente no esté todavía ventilado, han decidido castigarse y castigar al país como penitencia, retirando su voto al PP por habérselo prestado antes".

Ahora, añade, se trata de elegir "entre la falsa épica del resistente indomable o la limpia prosa del BOE", y asegura que si el PSOE ha gobernado tanto tiempo es porque Felipe González "entendió el dilema que su partido parecía no comprender, aunque luego Zapatero lo entendió demasiado bien y Sánchez aún mejor: había que elegir entre seguir soñando en un futuro irrealizable y de dudosa cualificación mientras la derecha gobernaba el presiente, o gobernar el presente forjando mayorías mientras se ponía a la derecha a soñar en el futuro. No hubo dudas".

"MUCHA ÉPICA PERO MUCHA TRAGEDIA"

El momento actual tiene el "añadido", según Quintanilla, de que no ganar implica no poder resistir, porque el proyecto de la izquierda y el nacionalismo "apunta directamente a la anulación de esa posibilidad". En ese momento, dice, "para la derecha una estrategia de resistencia es una estrategia definitivamente perderdora que no tiene segunda pantalla, es final de partida, la ultima derrota, mucha épica, sin duda, pero mucha tragedia".

En su opinión, "lo que en 1988 se puso en pie se está viniendo abajo", pero ahora la capacidad "disolvente" del PSOE es "infitivamente mayor" porque entonces "no llegó a afectar significativamente al corazón del pacto constituyente. Esta vez sí".

El hecho de que Sánchez sea presidente es solo explicable, según su análisis, porque en parelelo el PP decidió "poner manos a la obra en la demolición de su propia base electoral mediante distintas variedades del error primario enunciado en el conocido discurso de Elche de 2008, que invitaba a la mitad del partido a buscarse un nuevo acomodo fuera de él".

Quintanilla equipara la situación del PP con el síndrome de Popeye, una dolencia del bíceps que le hace aparecer muy desarrollado cuando en realidad está desgarrado, se retrae mecánicamente y carece de flexibilidad y fuerza. "Una derecha que supo fusionarse y ganar fue llevada a la confusión y a la pérdida de gobierno, y ahora al desgarro y a la parálisis", de forma que una mirada superficial puede percibir músculo pero en realidad solo hay "desgarro traumático y severo".

Se muestra convencido de que el socialismo "letal" para el interés general va a volver a gobernar porque la derecha "ha olvidado las lecciones" de 1998 y desoye también las advertencias de Aznar en 2013 cuando pedía "atender y encauzar la voluntad de cambio de la que está dando muestras inequívocas la sociedad española" y aprovechar ese momento "irrepetible" para afrontar su "fatiga" y "desencanto".

(SERVIMEDIA)
05 Mayo 2019
CLC/ecr