En el Muelle de Cambulloneros, en el puerto de Las Palmas, Casado se rodeó de cargos del partido en Canarias, incluido su presidente, Asier Antona, para reivindicar un ‘Plan Marshall’ para África que logre una acción coordinada y directa para la industrialización, educación o formación de esos países.

En el cuarto día de campaña, el líder nacional del PP volvió a alertar del peligro del “efecto llamada” del PSOE que, según trasladó, han provocado que aumente en un 173% la llegada de inmigrantes irregulares y el auge de mafias que trafican con seres humanos.

“¡No podemos tolerar que las mafias sigan arrojando en ataúdes flotantes a tantos miles de seres humanos ante la pasividad de algunos gobiernos!”, sentenció Casado, llamando así a incrementar la cooperación internacional.

Casado abundó en que “no es una cuestión de estar en contra de la inmigración ‘per se’, sino de [estar en contra] de una inmigración bajo la apelación de papeles para todos, irregular, no vinculada al mercado de trabajo…”.

Criticó, además, que el Gobierno criticase las “mal llamadas devoluciones en caliente y acabase haciéndolas a los 7 u 8 días en frío al grito de que no quede ni uno” y que cargase contra las concertinas y decir que las retiraría y no hacerlo.

Con este repaso a la situación actual, Casado quiso dejar “muy claro” que para hacer sostenible el Estado del Bienestar es “fundamental” que España sea “un país solidario” y “un país de acogida”, pero “se tiene que hacer por el cauce legal”.

Por último, subrayó que su apuesta en inmigración pasa por reforzar el papel de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, aumentar sus efectivos y mejorar la cooperación internacional con los países africanos. “Es compatible la solidaridad con la firmeza en las fronteras”, remachó.