La Edad de Hierro en el nordeste de la Península Ibérica habría comenzado un siglo antes de lo que se pensaba, según un estudio

- Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y el CSIC han llegado a esta conclusión tras analizar evidencias arqueológicas en el Complejo de San Jaume en Alcanar (Tarragona) y unas ánforas fenicias

Madrid
SERVIMEDIA

La Edad de Hierro en el nordeste de la Península Ibérica podría haber comenzado en el siglo VIII y no en el siglo VII a.C., tal y como se creía hasta el momento, según concluye una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Geociencias (UCM-CSIC).

Así lo comunicó este martes la Unidad de Cultura Científica de la universidad a través de un comunicado en el que precisó que los expertos llegaron a esta conclusión tras localizar nuevas evidencias arqueológicas en el Complejo de San Jaume en Alcanar (Tarragona) y realizar un estudio arqueomagnético sobre unas ánforas fenicias tipo T.10.1.2.1. halladas en el complejo de San Jaume, material que se ha utilizado tradicionalmente para datar yacimientos en distintas regiones del Mediterráneo.

Hasta entonces, las investigaciones sobre este material sugerían una edad de 675/650-575/550 a.C. como la cronología de este asentamiento de la Primera Edad de Hierro, pero este nuevo estudio apunta a un adelanto en la fecha de inicio de este periodo y de la transición entre las edades de Bronce y Hierro.

Si bien los investigadores necesitan confirmar sus hallazgos en otras estructuras de yacimientos datados en el mismo periodo, los resultados de este trabajo, publicados en ‘Archaeological and Anthropological Science’, resultan “importantes porque implican que es necesario revisar los patrones de asentamiento en esta región generalmente asumidos”, destacó la investigadora del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC) Miriam Gómez-Paccard.

Gómez-Paccard señaló que el método aplicado estudia estructuras arqueológicas que han sido sometidas a altas temperaturas, como las ánforas de cerámica, y determina la remanencia magnética adquirida por las muestras arqueológicas durante el último enfriamiento de las estructuras.

Por su parte, la investigadora en la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM, miembro del grupo Paleomagnetismo y en cuyo laboratorio se analizaron las muestras recogidas en las dos campañas de muestreo que se llevaron a cabo, Alicia Palencia-Ortas afirmó que debido a distintos procesos físicos, esta remanencia magnética es “paralela al campo magnético de la tierra presente en el momento de enfriamiento”.

“Comparándola con las curvas de variación del campo magnético de la tierra, se puede obtener el intervalo de edad del momento de adquisición de la remanencia a un cierto nivel de confianza”, agregó.

La aplicación de esta metodología implica mayor precisión con respecto a la datación por radiocarbono, utilizada más habitualmente, al superar las limitaciones que este periodo prehistórico presentaba por la forma casi plana de referencia del carbono que daba lugar a “dataciones tan extensas, de dos o tres siglos que apenas aportan información relevante”, concluyeron las científicas.

Además de la UCM y el IGEO, en el estudio participan la Universidad de Barcelona y la Universidad de Rennes (Francia).

(SERVIMEDIA)
09 Abr 2019
MJR/caa