Medio ambiente

El 95% de los chimpancés de África occidental vive fuera de áreas protegidas

- Hay 52.800 individuos, según un censo realizado por 41 investigadores

MADRID
SERVIMEDIA

Alrededor de 52.800 chimpancés viven en ocho países de África occidental, de los cuales unos 50.000 (es decir, el 95%) estan fuera de áreas protegidas y algunos están amenazados por presiones intensas de desarrollo humano, según un censo realizado por un equipo internacional de 41 investigadores, entre ellos la española Liliana Pacheco, que trabaja para el Instituto Jane Goodall en la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo (Senegal).

El trabajo, publicado en la revista ‘Environmental Research Letters’, fue elaborado por investigadores de instituciones en Alemania, Bélgica, Burkina Fasso, Camerún, Costa de Marfil, Estados Unidos, Francia, Ghana, Liberia, Países Bajos, Reino Unido y Sierra Leona.

Los autores utilizaron la base de datos APES sobre simios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y recopilaron 58 conjuntos de datos para abarcar todo el rango donde viven los chimpancés occidentales (‘Pan troglodytes verus’).

Con ello, los investigadores crearon un mapa de la densidad y la distribución de la especie para observar las tendencias e identificar las tendencias. El trabajo de campo a pie abarcó casi 11.000 kilómetros entre 2001 y 2016.

El estudio arroja un resultado similar al publicado el año pasado por la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) en chimpancés centrales y gorilas occidentales de llanura, en el sentido de que la gran mayoría de los chimpancés occidentales (unos 52.000 individuos) vive fuera de las áreas protegidas y un 10% está en zonas que serán altamente modificadas en un futuro cercano para impulsar ‘corredores de desarrollo’.

Estos corredores son grandes proyectos de infraestructura destinados a promover la integración economía y la expansión de la agricultura, pero también causan una mayor pérdida de hábitat y una menor conectividad de la población local de especies.

Los investigadores indican que una manera de reducir ese daño ambiental sería que quienes pongan en macha nuevos proyectos de infraestructuras usen los datos del estudio para planificar con anticipación y evitar así las áreas más críticas para las especies.

"Este documento es un buen ejemplo de cómo una base de datos específica de taxones bien diseñada (en este caso, la base de datos APES de la UICN) es una herramienta poderosa para reunir numerosos conjuntos de datos con el fin de evaluar el estado, la distribución y la tendencia de una subespecie completa”, apunta Fiona Maisels, de la WCS.

(SERVIMEDIA)
30 Mar 2019
MGR/caa