En un acto de precampaña en Alicante, Arrimadas extrajo esta conclusión del hecho de que Iceta enjuiciara que, si el 65% de los catalanes fueran independentistas, España tendría que admitir la secesión de la región. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ya han desautorizado al líder del PSC.

“Iceta tiene una cosa, que es que casca mucho”, diagnosticó la dirigente de Ciudadanos, recordando que fue el primero en hablar de indultos a los líderes independentistas. Con ese horizonte del 65%, Arrimadas cree que “el sanchismo ha puesto fecha de caducidad a España” y ha revelado su plan: “dejarle la maquinaria al nacionalismo para que lleguen al 65%”.

La líder de la oposición en el Parlamento catalán prosiguió enumerando supuestas cesiones del presidente del Gobierno a los independentistas: el cese del abogado del Estado Edmundo Bal, incorporado a las listas de Cs, el levantamiento del control sobre las cuentas de la Generalitat y “esconder” el informe de la Alta Inspección Educativa sobre el adoctrinamiento en las escuelas y permitir la reapertura de embajadas y que haya carteles de líderes independentistas en muchos ayuntamientos, “no se le vaya a enfadar Torra y le vaya a quitar las llaves del Falcon”.

En suma, Arrimadas reiteró que Sánchez “es capaz de cualquier cosa” para mantenerse en el Gobierno y por tanto “es una emergencia nacional sacar al sanchismo de Moncloa a votos” y otro tanto al presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, su “alumno más aventajado”.

La dirigente de Cs ya había comenzado su intervención advirtiendo de que esta Comunidad “está siguiendo los mismos pasos que en Cataluña” y “está igual que en Cataluña hace 10 años” y en Baleares hace algunos menos. Un enfoque que también esbozó el candidato del partido a las autonómicas, Toni Cantó.