"Eso es así y no podemos ser ingenuos. Pero yo estoy muy ilusionado y optimista, porque creo que tenemos puntos fuertes muy importantes cara a este año y al futuro próximo", afirmó en alusión a que el banco ha dejado atrás la fusión de BMN, acometida en tiempo récord; entra en el ejercicio con "una enorme fuerza comercial", está volcado en la transformación digital y el cambio organizativo aplicado recientemente "va a ser un extraordinario acicate" para el banco.

Los desafíos que complican el escenario los resumió, básicamente, en el cambio de hábito de los clientes con la digitalización y la irrupción de nuevos jugadores ante la "caída de barreras de entrada en el sector", la reputación de la banca y la rentabilidad, con el prolongado escenario de tipos bajos.

Sobre el reto de la tecnología, avanzó que Bankia quiere que este año "más de la mitad" de los clientes sean digitales, después de haber conseguido ya el pasado ejercicio que una de cada cuatro compras las hicieran por canales 'online' y aunque aún el 80% de los clientes visitan al menos una vez al año su sucursal.

Para ganar espacio ahí aludió a una apuesta decidida en el negocio de los medios de pago, ante su convicción de que será "el campo competitivo de mayor calado estratégico en los dos-tres próximos años". "Y queremos estar posicionados de manera excelente", añadió, detallando que por eso la entidad se ha convertido en la primera en contar con todas las plataformas digitales disponibles de medios de pago y está decidida a buscar alianzas y colaboraciones para rodar esta actividad.

A pesar de que los tipos de interés continúan a cero y el Banco Central Europeo (BCE) ha pospuesto cualquier subida, confía en que 2019 pueda "marcar una ruptura" en la tendencia de continua presión sobre los ingresos recurrentes por ese efecto y la caída constante del crédito de familias y empresas.

Además, se declaró optimista porque en lugar de perder terreno durante la integración de BMN, Bankia ha "recuperado" el pulso comercial" en un ejercicio 2018 que fue de menos a más con "importantes ganancias de cuota de mercado en segmentos clave" de actividad.

Los números los puso el consejero delegado, José Sevilla, quien apuntó que la entidad arañó 51 puntos básicos en crédito a empresas al conjunto de la industria y acabó el año con una cuota de mercado del 7,42%, sumó 17 puntos en fondos de inversión aún con el desafavorable escenario en los mercados, hasta subir su cuota al 6,55%, y captó 120.000 nuevos clientes netos, con 103.000 nuevas domiciliaciones de nóminas.

En el mundo de medios de pago donde fija una parte relevante de la estrategia apuntó que ganó 38 puntos básicos en la facturación de tarjetas, hasta alcanzar el 12%; y otros 33 puntos en las ventas realizadas en los terminales instalados en comercios, hasta llegar al 12,4%.

Sevilla desveló, por otro lado, que el banco fue capaz el pasado año de lograr una generación de capital de 775 millones de euros: 357 millones en el dividendo que hoy aprobó la junta distribuir entre los inversores; y con 418 millones adicionales en exceso de capital.

El dato es relevante porque Bankia se ha comprometido a repartir entre sus accionistas, incluído el Estado como dueño de un 61,4% de su capital, hasta 2.500 millones vía dividendos y capital que exceda el 12% de solvencia de máxima calidad regulatoria. Sevilla apuntó que esos 775 millones están, por tanto, "en línea con el objetivo de alcanzar los 2.500 millones para el conjunto de los tres años del Plan".

La cifra de 418 millones es, en cualquier caso, su capacidad tractora, ya que la cuantía se limitó a 229 millones en 2018, al no haber cerrado dos operaciones ejecutadas durante el ejercicio pero que se materializarán a lo largo del presente ejercicio.