Más de cinco millones de niños sirios viven de la ayuda humanitaria
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Más de cinco millones de niños en Siria necesitan ayuda humanitaria urgente y al menos tres millones carecen de acceso a la educación, según denunció este miércoles Aldeas infantiles Sos en un balance de los ocho años de guerra en ese país.
Según la ONG, “la reunificación familiar, la inversión en educación y la atención a la salud mental de los niños han de estar entre las prioridades inmediatas de Siria”. Aldeas Infantiles trabaja en Siria desde 1981 con niños que han perdido o están en riesgo de perder el cuidado parental, y extendió su apoyo en 2011 a otras familias afectadas por el conflicto, al tiempo que respondía a la situación de emergencia humanitaria generada por los refugiados que huían de la guerra y la inestabilidad en la región.
Actualmente, adapta sus Programas de Emergencia para convertirlos en programas de desarrollo y apoyo más a largo plazo, dirigidos a los niños que han perdido el cuidado de sus padres o están esperando la reunificación familiar. Después de varios años atendiendo a niños en los Centros de Atención Provisional, Aldeas Infantiles SOS de Siria ha empezado a trasladar a estos menores a hogares formados por pequeños grupos y, en los casos en que necesiten cuidados durante periodos prolongados, a las Aldeas con las que esta organización cuenta en Damasco. La organización también trabaja en la búsqueda y la reunificación de las familias, así como en la posible acogida en familia extensa.
A medida que la situación cambia y más familias desplazadas regresan a sus hogares, el objetivo de la organización es apoyar a la comunidad siria en su viaje de vuelta y garantizar que se priorizan las necesidades y los derechos de los niños.
ESTRÉS TÓXICO
Casi todos los niños que pasan por Aldeas Infantiles SOS en Siria han experimentado estrés tóxico (distrés) de una manera u otra. Así lo afirma la psicóloga de la organización Teresa Ngigi, que explica que “muchos han vivido las consecuencias de la guerra, el odio y el desastre, y todos han sufrido algún tipo de abandono”. Hay muchos niños que han vivido aterrorizados, inseguros y sin un sentido de pertenencia durante un tiempo excesivamente prolongado. En el caso de los menores de ocho años, durante toda su vida.
“Vemos casos de niños cuyos padres murieron o simplemente desaparecieron y ellos se quedaron solos, agregó. Algunas veces han pasado de un cuidador a otro o han vivido en las calles hasta que encontraron un hogar seguro y protector gracias a los programas de Aldeas Infantiles. Algunos de los niños no entienden sus circunstancias, prosiguió, pues "es muy desconcertante para un niño no saber si su padre o su madre están vivos o muertos. La incertidumbre sobre el paradero de sus padres o seres queridos es más desconcertante para un niño que saber que alguien está muerto”.
(SERVIMEDIA)
13 Mar 2019
AGQ/gja