Cambio climático

La ONU ve “inevitable” que el Ártico se caliente de tres a cinco grados en 2050

- Eso devastaría la región y desataría subidas globales del nivel del mar

- El deshielo del permafrost despertaría al ‘gigante dormido’ de los gases de efecto invernadero

MADRID
SERVIMEDIA

Las temperaturas invernales del Ártico se elevarán de tres a cinco grados centígrados en 2050 y de cinco a nueve grados en 2080 (en comparación con los niveles del periodo de referencia comprendido entre 1986 y 2005) incluso si el mundo cumple con los objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo de París, lo cual devastaría la región y desataría aumentos globales del nivel del mar.

Así se recoge en el informe ‘Vínculos globales - Una mirada gráfica al cambio en el Ártico’, elaborado por ONU Medio Ambiente y hecho público este miércoles coincidiendo con la IV Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se celebra hasta el próximo viernes en Nairobi (Kenia) con el fin de impulsar economías más sostenibles

Con ese escenario de subida de temperaturas, el rápido deshielo del permafrost podría acelerar aún más el cambio climático y descarrilar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura global en 2°C con respecto a los niveles preindustriales, que aparece recogido en el Acuerdo de París.

El documento también analiza otras presiones ambientales en el Ártico, como la acidificación de los océanos y la contaminación por plásticos.

"Lo que sucede en el Ártico no se queda en el Ártico", apuntó Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente, quien añadió: “Tenemos el conocimiento científico, ahora necesitamos una acción climática urgente para alejarnos de los puntos de inflexión que podrían llevarnos a escenarios peores de los que imaginábamos originalmente".

El informe indica que si las emisiones globales se detuvieran de la noche a la mañana, las temperaturas invernales en el Ártico seguirían aumentando de 4 a 5°C para 2100 en comparación con finales del siglo XX. Este aumento estaría provocado por los gases de efecto invernadero emitidos hasta ahora y el calor almacenado en el océano.

Para 2050, cuatro millones de personas y alrededor del 70% de la infraestructura ártica actual se verán amenazadas por el deshielo del permafrost, según señala el informe.

En la actualidad, las sociedades árticas deben responder al cambio climático a través de acciones de adaptación adecuadas. Los pueblos indígenas de la región ya enfrentan una inseguridad alimentaria creciente.

IMPACTOS ENORMES

Los impactos mundiales de los escenarios presentados por el informe serían enormes. Desde 1979 hasta la actualidad se calcula que el hielo marino del Ártico ha disminuido un 40% y los modelos climáticos predicen que, a la tasa actual de emisiones de CO2, el hielo desaparecerá durante los veranos árticos para la década de 2030. El derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia y los glaciares del Ártico contribuyen a un tercio del aumento del nivel del mar en todo el mundo.

Incluso si se cumple el Acuerdo de París, se espera que el permafrost del Ártico se reduzca un 45% en comparación con su estado actual. En todo el mundo, estos suelos congelados contienen aproximadamente 1.672 millones de toneladas métricas de carbono. Se espera que el aumento del deshielo de este ‘gigante dormido’ contribuya a las emisiones de dióxido de carbono y metano, y el calentamiento resultante, a su vez, conducirá a un deshielo aún mayor, un efecto conocido como ‘retroalimentación positiva’. Este cambio climático acelerado podría incluso desviar al mundo del objetivo de 2°C del Acuerdo de París.

ACIDIFICACIÓN Y CONTAMINACIÓN

Por otro lado, el informe subraya que la acidificación de los océanos está afectando de manera desproporcionada a las especies marinas del Ártico, lo que se debe a que el agua fría puede contener más CO2 disuelto y el hielo derretido propaga aún más la acidez.

Desde el comienzo de la revolución industrial, el océano mundial se ha vuelto un 30% más ácido. Cuanto más ácida es el agua, más energía deben utilizar los corales, los moluscos, los erizos de mar y el plancton del Ártico para construir sus conchas y esqueletos.

A pesar de su imagen prístina, las características geográficas y el clima frío del Ártico hacen que el océano, el lecho marino y la costa de la región sean un sumidero de contaminantes de todo el mundo. Sólo 1.000 de las 150.000 sustancias químicas usadas en todo el mundo son analizadas regularmente.

En ese sentido, el informe aboga por la creación de un sistema de aprobación global de nuevos productos químicos. También son necesarios controles alternativos para los productos químicos que están fuera de la regulación de los tratados internacionales existentes.

Un dato positivo del informe es que está disminuyendo la cantidad de sustancias químicas reguladas encontradas en los cuerpos de humanos y animales que viven en el Ártico. Entre ellas están algunos contaminantes orgánicos persistentes regulados por el Convenio de Estocolmo, que alberga ONU Medio Ambiente. Sin embargo, la reducción identificada podría deberse al cambio de dietas.

(SERVIMEDIA)
13 Mar 2019
MGR/gja