Investigadores de la Universidad Europea evidencian el papel de la microbiota en el desarrollo de anorexia nerviosa

Madrid
SERVIMEDIA

El Grupo de Investigación en Microbiota, Nutrición y Salud de la Universidad Europea dirigido por la doctora Mar Larrosa ha señalado posibles “evidencias” sobre el papel de la microbiota en el origen y progreso de la anorexia nerviosa y ha planteado la existencia de marcadores indicativos de esta patología en la microbiota, con lo que estas bacterias de la flora intestinal “podrían convertirse en una herramienta de diagnóstico y para el seguimiento del tratamiento” de la misma.

Según informó este martes la Universidad Europea, tal y como recogen en el artículo ‘Can Gut Microbiota and Lifestyle Help Us in the Handling of Anorexia Nervosa Patients?’ publicado en MDPI, los investigadores, liderados por la profesora titular de la Facultad de Ciencias Biomédicas y Salud, Rocío González-Soltero, constataron que los cambios en la microbiota intestinal dependen de los hábitos alimenticios y que los pacientes presentan un nivel “más elevado de lo habitual” de la arqueobacteria M. smithii en su microbiota intestinal, que podría considerarse un “marcador” para el inicio de la enfermedad y su progresión, por lo proponen que la microbiota “sea parte del proceso de recuperación de pacientes”.

“El tratamiento habitual de la anorexia nerviosa suele ser psicológico y nutricional, pero hasta ahora no hay marcadores biológicos predictivos de su evolución”, puntualizó González-Soltero, para quien, no obstante, “aún faltan datos y hay pocos estudios, de hecho, ninguno de ellos de intervención”.

Considerando los datos disponibles y, “en ausencia de buenos biomarcadores para el estudio de anorexia nerviosa”, a juicio de los investigadores la microbiota podría ser un “buen punto de intervención” en el manejo de pacientes con esta enfermedad si bien este protocolo debe ir “en consonancia” con una realimentación controlada, aumentando los niveles de fibra dietética y el uso de ciertos probióticos y prebióticos que podrían suponer un “paso adelante” en el conocimiento y abordaje de esta enfermedad.

El grupo investigador estuvo integrado por Vanessa Méndez-Figueroa, José Miguel Biscaia, Rosa B. Mohedano, Ascensión Blanco-Fernández, María Bailén, Carlos Bressa, Mar Larrosa y Rocío González-Soltero.

(SERVIMEDIA)
12 Mar 2019
MJR/gja