Aunque la convocatoria oficial citaba a las 19.00 horas el inicio de la protesta, ya desde las cinco de la tarde eran miles las personas que preparaban sus pancartas y se pintaban las caras del color escogido por el feminismo frente a la puerta del Museo del Prado que, dos horas más tarde, estaría prácticamente intransitable.

La movilización arrancó puntual desde Atocha con una primera cabecera formada únicamente por mujeres en lo que denominaron “espacio no mixto”, con la idea de que ellas tuvieran el protagonismo y las imágenes de la cabecera mostraran quiénes eran las convocantes. Los hombres, detrás, también acompañaron esta primera oleada de manifestantes.

A lo largo de la manifestación, que transcurrió por el Paseo del Prado, la Plaza de Cibeles, Gran Vía y Callao hasta llegar a la Plaza de España, se escucharon diversas consignas similares a las del año pasado. “Más bolas chinas y menos rosarios” o “estoy hasta las tetas de hacerte las croquetas” fueron de las más aplaudidas y tarareadas.

Como es habitual en las grandes manifestaciones, las cifras de asistentes fluctúan entre el millón que dice la Comisión 8 de marzo -las convocantes- y entre 350.000 y 375.000 según la Delegación del Gobierno en Madrid.

En el recorrido también hubo reproches por la ausencia de formaciones políticas como el PP, que decidió no tener presencia en esta protesta con motivo del Día de la Mujer al decir que no asumían el manifiesto feminista. Sí estuvieron, en cambio, representantes del PSOE, Ciudadanos y Podemos.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que participó en la manifestación, destacó que "el feminismo ha venido para quedarse" y acusó a "las derechas" de "reformular ridículamente al feminismo" al no entender el significado de esta efeméride, que se celebra con manifestaciones en las principales capitales del mundo.

Por Ciudadanos, la cara visible fue Inés Arrimadas, que denunció que haya “determinados partidos que creen que la lucha por la igualdad es suya y que éste es su cortijito y no quieren que entre nadie". Sin embargo, Sofía Castañón, diputada y secretaria de Feminismos y LGTB de Podemos, afirmó que el feminismo simplemente busca la "transformación social", de forma que "quienes estén pensando en campaña, se equivocan".

No obstante, los políticos no fueron los protagonistas de esta masiva manifestación y, de hecho, ninguno formó parte de la cabecera, como es habitual en otras movilizaciones como la del Día del Trabajo. El protagonismo fue de las mujeres e, incluso, el candidato a presidente de la Comunidad de Madrid por Más Madrid, Íñigo Errejón, declinó hacer declaraciones.

MUJERES CON DISCAPACIDAD

También cobró mucha visibilidad una delegación del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), que participó en la manifestación feminista para denunciar la “invisibilidad” que sufren las mujeres y niñas con discapacidad. “Basta ya de vulnerar nuestros derechos fundamentales”, advirtió Isabel Caballero, de la Fundación Cermi Mujeres.

“Hemos querido secundar la huelga convocada para hoy y, además, hemos salido también a la calle para denunciar un año más la discriminación múltiple que sufren las mujeres y niñas con discapacidad en muchos ámbitos de la vida, por el simple hecho de tener una discapacidad y ser mujeres”, añadió esta portavoz.

Además, y casi cerrando la manifestación, hubo un bloque de familias con niños pequeños, que desfilaron con los carritos de bebé entre un importante grupo de voluntarios a modo de servicio de orden, a fin de proteger el espacio de los niños ante la gran masa de gente que había alrededor.

Una vez concluida la manifestación en Plaza de España con la lectura de un manifiesto, todo el recorrido de la protesta seguía copado de manifestantes, incluyendo el Paseo del Prado, la Plaza de Cibeles y la Gran Vía sin ningún incidente reseñable.