Religión
Hans Zollner, experto vaticano 'antiabusos', pide a todas las diócesis “espacios seguros” para las víctimas
- Considera que no todas las víctimas quieren hablar ni buscan dinero y que la “escucha” es lo más eficaz para cerrar la herida de la fe, “la más sangrante”

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El teólogo y psicólogo jesuita Hans Zollner, organizador de la reciente cumbre antipederastia del Vaticano, llamó este jueves a todas las iglesias particulares a “abrir espacios seguros de conversación” con las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia. “Todas las diócesis lo tendrían que hacer”, dijo.
Así se pronunció en una rueda de prensa en la Universidad Pontificia Comillas en Madrid, en la que recalcó que “cuando una persona escucha a una víctima, te transforma el corazón”. “Creo que más obispos y más provinciales de lo que conocemos han escuchado a víctimas, también en España”, pero, agregó, “no todas las víctimas querrían hablar en público, ni ser reconocidas, con nombre y apellido, no todas quieren hablar con otras víctimas”.
Por su experiencia abordando esta lacra en 60 países de los cinco contientes desde hace años, y como miembro del Comisión Pontificia para la Protección de Menores de la Santa Sede y presidente de Centro de Protección de Menores de la Universidad Gregoriana de Roma, Zollner, manifiesta crucial “empatizar con la herida más profunda” que hay en muchas de esas víctimas: “La herida de la fe”, porque muchas son de familias e instituciones católicas.
“Comprender, empatizar con la herida más profunda en muchas de estas víctimas, la herida de la fe, de la espiritualidad, con la comunidad religiosa, de la relación con Dios, es una cosa que tenemos que hacer en todo el mundo, porque mucho daño siguiente podrá ser evitado, muchas heridas más sangrantes podrían ser tapadas solamente con la escucha”, prosiguió.
Pero, esa escucha, apuntó, debe ser “cualificada, con corazón abierto, con mentalidad abierta, con tiempo suficiente”. “Mucha gente que ha recibido ese tipo de escucha no quiere ora cosa. Muchos de ellos no quieren denunciar, no quieren sacar dinero, no quieren ni siquiera acompañamiento terapéutico. Muchos lo quieren, sí”, agregó, llamando a buscar “curar las heridas por la misma Iglesia y sus representantes”.
NO SÓLO OBISPOS
Y sobre ese cometido, apuntó el experto, “todos podemos hacer algo”. “No necesariamente tendrían que ser los obispos, si hay otra gente que quiere abrir un centro de escucha, bienvenidos”. Zollner espera que en “semanas” o “meses” comiencen a llegar a las diócesis algunas pautas desde el Vaticano, como consecuencia de la reciente Cumbre de Protección de los Menores que convocó el Papa con los líderes de los episcopados otras iglesias y las congregaciones. En concreto, se refirió a “aclarar” el procedimiento a seguir para que toda la Iglesia vaya en la misma línea, que en los casos de posesión de pornografía se considere menor hasta los 18 años (y no a los 14) y quitar e secreto pontificio para estos casos.
También recordó que se redactará un ‘vademecum’ con preguntas y respuestas sobre cómo actuar ante un abuso y dijo que grupos de trabajo vaticanos, “de cuatro o cinco expertos” visitarán los episcopados, “sobre todo las que tienen más necesidad” para desarrollar ordenamientos y líneas guía y su implementación. Pero, recalcó, “cada diócesis tiene la responsabilidad de investigar. Lo tendrán que hacer porque la presión pública será tan grande que no se podrán quedar fuera”.
Hans Zollner fue más contundente en una conferencia previa que pronució este miércoles por la tarde también en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, donde subrayó que los abusos a menores en el seno de la Iglesia no se han acabado, que proliferarán especialmente en Asia y África y que en España aún saldrán a la luz “muchas más” denuncias, aparte del medio centenar publicado recientemente. “No estamos acabando con este tema. Estamos empezando”, dijo.
También confesó en esa conferencia que “la Iglesia tendría que ser el ejemplo de compasión, de empatía y caridad” y que se comunica “al contrario” y “a la defensiva”, y que ni el celibato ni la homosexualidad son causas de los abusos a menores por parte de sacerdotes, aunque sí considera que son “factor de riesgo” cuando “la gente (los clérigos) está vacía de sentido de su misión”, tiene “mucho trabajo” y “poco contacto con sus hermanos y su superior”. Estos puntos los respaldó en estudios y en la estimación media de la edad del abusador de menores en la Iglesia, que es de 39 años, tres lustros más que en otros ámbitos como el deportivo o el educativo.
(SERVIMEDIA)
07 Mar 2019
AHP/gja