Mantener la lactancia materna y planificar la anticoncepción postparto, claves contra el riesgo cardiovascular en mujeres
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Mantener la lactancia materna al menos seis meses, planificar la anticoncepción postparto retrasando un futuro embarazo hasta que se controle el peso y añadir a estas pacientes como grupo de riesgo en las diferentes guías de práctica clínica son algunas de las claves para reducir el riesgo cardiovascular en la mujer tras la gestación y durante el resto de su vida.
Así lo revela el proyecto ‘Riesgo vascular a partir del cuarto trimestre’, presentado este miércoles y auspiciado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFyC), la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO-SEO).
El proyecto denuncia que el número de mujeres embarazadas en riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se ha incrementado en los últimos años en los países occidentales debido al aumento de la edad a la que se tiene el primer embarazo y la “creciente” prevalencia de factores de riesgo cardiovascular como la diabetes mellitus, la hipertensión, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo o el tabaquismo.
Está dirigido a profesionales y su objetivo es concienciar sobre la necesidad de controlar los factores de riesgo cardiovascular una vez finalizado el embarazo, que supone una “prueba de esfuerzo fisiológico y un test de resistencia para la mujer” y, además, “desenmascara un problema vascular en las mujeres que genéticamente lo tienen”, según explicó Almudena Castro, coordinadora del grupo de trabajo de Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Cardiología.
La experta también abogó por el abordaje familiar de hábitos de vida saludables, promocionar la figura de matronas personalizadas y establecer los reconocimientos de empresa como “fundamentales” para hacer cribados dado que, puntualizó, “después del embarazo el riesgo sigue existiendo y se mantiene a lo largo de la vida”.
A este respecto, subrayó que las mujeres con diabetes gestacional y con hipertensión durante el embarazo tienen más riesgo de preeclampsia, síndrome caracterizado por el aumento de la presión arterial, la presencia de proteínas en la orina y por un mal funcionamiento del endotelio, piel que recubre por dentro todo el sistema vascular.
“Los profesionales dejamos de tener conciencia de que el embarazo es un factor de riesgo asociado y las mujeres se olvidan de que tienen un riesgo mayor y no se cuidan como deberían”, reconoció.
A su juicio, tras el embarazo “está el enemigo oculto”, y, en este sentido, puntualizó que el único grupo en el que no se ha reducido la mortalidad por enfermedad cardiovascular es en el de las mujeres jóvenes, que, a su entender, “tienen un riesgo que no hemos sabido reconocer ni luchar contra él”. Por ello, consideró “importante concienciar de que tienen un riesgo cardiovascular mayor e incluso de morirse debido a este enemigo oculto”.
En la misma línea, el presidente de la SEC, Manuel Anguita, que moderó el acto de presentación del proyecto, destacó el “compromiso” de esta sociedad con la salud cardiovascular de la mujer y calificó como “una necesidad la modificación del estilo de vida, el control regular de la presión arterial y el control de los factores metabólicos después del parto para evitar complicaciones en futuros embarazos y para reducir el riesgo cardiovascular materno en el futuro”.
Anguita reconoció que, durante el periodo de gestación, la mujer está “más protegida para asegurar la buena salud del bebé”. “Por eso el nombre del proyecto hace referencia a qué ocurre después, porque parece que todo acaba con el parto”, indicó.
Por su parte, la doctora María Goya, secretaria del Grupo Español de Diabetes y Embarazo de SEGO, defendió la importancia de que el parto pre término espontáneo sea “aislado” como un factor “independiente” de riesgo cardiovascular que se traduce en un incremento del riesgo de infarto, ictus o enfermedad isquémica incluso varias décadas después del parto.
Goya aseveró que las pacientes con pérdida gestacional precoz tienen un mayor riesgo cardiovascular tras el parto, “especialmente aquellas que han tenido abortos recurrentes, es decir, tres o más”.
A pesar de ello, dijo que solo el 30% de las mujeres acude a un control postparto e hizo hincapié en la necesidad de “concienciar al personal sanitario para llegar a la mujer”. “Ese es el camino y necesitamos un vínculo entre todos los profesionales”, afirmó.
En la misma línea, la presidenta de la SEEN, Irene Bretón, recalcó que después del parto es necesario continuar ese seguimiento, así como mantener un estilo de vida saludable y controlar el peso, “algo que no siempre se lleva a cabo”.
Y ello teniendo en cuenta que una de cada dos mujeres con diabetes gestacional “podrá desarrollar diabetes tipo 2 en un plazo de cinco a diez años", agregó, al tiempo que advirtió de que la obesidad incrementa entre dos y tres veces el riesgo de sufrir diabetes gestacional y también conlleva un peligro para el bebé, “que está programando su metabolismo en el vientre materno” y en el futuro también tendrán más riesgo vascular.
Para Bretón, durante la gestación la mujer “recibe un seguimiento muy adecuado y en ello el papel de la matrona es importantísimo”, pero el embarazo “supone un riesgo para el futuro” dado que el 9,2% de las embarazadas desarrolla diabetes gestacional, mientras que los trastornos hipertensivos durante el embarazo afectan a entre el 6 y el 8% de las féminas.
El 75% de las mujeres que ha desarrollado estas complicaciones durante el embarazo no se somete a seguimiento médico una vez finalizado el mismo, ya que, con frecuencia, “la mujer se olvida de ella tras el parto”, según apuntó Vicente Pallarés, coordinador del grupo de trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de Semergen.
“Tradicionalmente no hay un protocolo de seguimiento de la mujer tras el parto, incluso aunque hayan tenido algún problema durante el embarazo. Si ha ido bien, no va nadie, y si no ha ido tan bien, tampoco encuentran a veces el tiempo necesario para acudir a revisión, que sería casi obligatoria”, apostilló, al tiempo que incidió en que el embarazo “no compete solo a la mujer” y en la oportunidad de “identificar” a los grupos más vulnerables para evitar la adquisición de riesgos que pueden evolucionar a lo largo de su vida.
(SERVIMEDIA)
06 Mar 2019
MJR/caa