Munté comenzó su declaración como testigo en la vista manifestando al tribunal su “incomodidad y profunda tristeza” por el hecho de que un partido de “extrema derecha” esté ejerciendo la acusación popular en este juicio. La exportavoz salió del Gobierno de la Generalitat el 14 de julio. Según relató, no fue cesada, sino que solicitó al entonces presidente Carles Puigdemont su relevo. "Me veía desbordada en mis funciones, especialmente como portavoz. Acusaba una sobrecarga de trabajo y el primer semestre de 2017 fue especialmente duro a nivel familiar, porque perdí a mi padre. Creía que no estaba en disposición de ejercer mis responsabilidades".

Preguntada por el fiscal sobre si había una motivación política para su abandono del Govern, respondió que "no porque estábamos trabajando en una vía de diálogo para acordar un referéndum con el Estado y yo comparto esa vía". En ese momento, ratificó no se contemplaba "otra vía" que no fuera la de buscar el acuerdo.

La exconsejera aseguró que “en ningún momento tuve la sensación, ni yo ni mis compañeros, de que estábamos desobedeciendo las interlocutorias del Tribunal Constitucional". Sin embargo, en esa primera mitad de 2017 se conoció la condena por delito de desobediencia a Artur Mas y dos de sus consejeras por la organización de la consulta del 9 de noviembre de 2014.

Aseguró que no le daban “miedo” los eventuales efectos judiciales de la actuación del Govern. "Me daban respeto las consecuencias penales, pero, insisto, estábamos en la vía del diálogo. Yo no podía inferir que el escenario fuera otro", aseveró.

A preguntas de la Fiscalía, Munté aseguró no conocer la agenda en la que Josep María Jové fue tomando apuntes sobre la marcha del `procés´ y los acuerdos políticos tomados a su amparo. En ese sentido, aseguró no poder confirmar reuniones en concreto de las contenidas en esa agenda.

En relación con la actuación de la policía autonómica, la que fuera portavoz del Govern aseguró que en diferentes ocasiones se le preguntó “sobre el papel de los Mossos, y mi respuesta era siempre que actuarían conforme a la legalidad y que responderían a cualquier mandato judicial que recibieran. No recuerdo haber dicho algo diferente".

Ya en el turno de las defensas, fue preguntada si desde el Gobierno de la Generalitat se alentó o llamó a la violencia, a lo que respondió tajante: “En absoluto, nada más lejos”. También rechazó la idea de que el consejero de Interior Jordi Jané, que salió del gobierno en la remodelación de julio, perteneciera a “una corriente ideológica” distinta o menos radical que la que profesaba su sucesor, Joaquim Forn, que se sienta en el banquillo.