Millo denuncia el “esperpento” de un Puigdemont empecinado en un referéndum que debía ser impedido por orden judicial
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El exdelegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo rememoró este martes, durante su declaración como testigo en el Tribunal Supremo, el “esperpento” que supuso la reunión de la Junta de Seguridad convocada por el presidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont en la que se tuvo que hablar del dispositivo policial que quería que garantizara la celebración “con normalidad” del referéndum del 1-O y a la vez cumpliera con el mandato judicial de impedir la votación. “Eso en mi pueblo se llama soplar y sorber a la vez”, dijo.
"Fue un auténtico despropósito, un auténtico esperpento. Era una contradicción permanente", aseguró Enric Millo en relación a esa Junta de Seguridad. "Se nos sentó el Govern de la Generalitat para decirnos que el 1-O iba a haber un referéndum y que a ver cómo lo hacíamos con total normalidad, cuando sobre la mesa teníamos una interlocutoria que nos ordenaba que se impidera el referéndum", recuerda.
Bajo su punto de vista, existía "una línea política compartida entre el mayor de los Mossos (Josep Lluís Trapero) y el Govern de la Generalitat", que quedó evidenciada claramente en esa reunión que se prolongó durante dos horas y media y que fue “tensa” por momentos.
"La reunión fue tensa, hubo reproches, duró más de dos horas y media y evidentemente la posición del presidente de la Generalitat sobre el auto judicial era muy clara: nos dijo que lo más importante era atenerse a lo que decía el auto de que el día 1-O había que garantizar la normal convivencia cívica de Cataluña", relató.
La posición del Govern era muy clara: “Que no iban a dar marcha atrás”. Además, explicó Millo en respuesta a las preguntas del fiscal Javier Zaragoza, el mayor Trapero “daba a entender que su obligación era dar cumplimiento al mandato judicial pero no se nos explicó cómo”. Millo pidió al presidente de la Generalitat que, “atendiendo a lo que estábamos viviendo con situaciones de crispación y preocupación, ,desconvocara el referéndum, y la respuesta fue que él ya tenía muy claro lo que tenía que hacer".
El exdelegado del Gobierno insistió en que "el auto era muy claro en la parte dispositiva: ese referéndum ilegal no se podía celebrar y ordenaba que se impidiera el uso de esos centros hasta el 1 de octubre para la realización del mismo. A partir de ese día, si un centro permanecía abierto, ordenaba que se entrara, se incautara el material electoral, se desalojara y se cerrara".
Entonces se nombró al coronel Diego Pérez de los Cobos como coordinador de los cuerpos policiales para dar cumplimiento a las instrucciones judiciales, y los Mossos mantuvieron el "compromiso verbal" de cumplir las órdenes. "Dijeron que harían las actuaciones necesarias hasta el 1-O para garantizar que los colegios estuvieran cerrados", pero "la realidad fue muy distinta", explicó.
"No me consta que se cerrara ningún centro, creo que no se hizo", continuó con su declaración Millo, que dudó además de que la campaña "supuestamente espontánea" para ocupar las escuelas en los días previos al 1-O no respondiera a un convocatoria organizada. "Había llamadas a ocupar los espacios" a través de las redes sociales y "mucha diversidad" en las convocatorias, desde asociaciones de madres y padres de alumnos hasta entidades vecinales y, también, los CDR.
(SERVIMEDIA)
05 Mar 2019
SGR/ICG/caa