Juicio del 'procés'
Mas advirtió a Puigdemont de que era esencial no perder la posibilidad de convocar elecciones
- El expresident afirma que el 1-O fue “una alteración en la hoja de ruta” y marca distancias con la gestión de su sucesor
- Sobre las cargas policiales: "No pensé que el Estado fuera tan poco inteligente"
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El que fuera presidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas ha marcado distancias con la gestión del proyecto soberanista de Carles Puigdemont y ha reconocido en su declaración como testigo en el juicio del `procés´ que la celebración del 1-O fue “una alteración de la hoja de ruta” a la que él no se opuso, aunque advirtió de que era esencial no perder la posibilidad de convocar elecciones.
En respuesta a la acusación popular de Vox, el expresident reconoció que el referéndum fue una "alteración de la hoja de ruta" sobre la que no se le pidió "opinión explícita", aunque fue invitado a "una serie de reuniones" donde dio sus "opiniones: algunas veces se atendieron, otras no".
En esos encuentros, dijo ya en respuesta a la Fiscalía, nunca oyó que el referéndum se fuera a celebrar aunque no estuviera acordado con el Ejecutivo central, aunque sí admitió que más tarde escuchó expresiones relativas a su celebración aunque no hubiera acuerdo.
CONVOCATORIA DE ELECCIONES
En las reuniones con la cúpula de su partido, Mas se permitió “la licencia de recordar a los que estaban presentes que si se optaba por el referéndum no me opondría pero que nunca se perdiera por parte de la Generalitat la capacidad de iniciativa institucional. En el fondo estaba diciendo: `no abandonéis nunca la posibilidad de convocar elecciones al Parlamento catalán´. Ahí es donde el Gobierno de la Generalitat tiene el control de la situación”, explicó a la vista de que se podría aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Al inicio de su declaración, Mas recordó que fue "condenado por desobediencia, como ustedes saben", por la celebración de una consulta ilegal el 9 de noviembre de 2014 “y de nada más”, dijo marcando distancias con el proceso actual por rebelión. En sus primeras respuestas explicó que la decisión de celebrar el 1-O la tomó “el Govern de la Generalitat”.
Sobre las negociaciones entre representantes de los gobiernos central y autonómico, explicó que no se trataba de “un comité, tampoco una comisión, eran unas personas delegadas. Por parte del presidente Rajoy había una persona, por parte del señor Pérez Rubalcaba [PSOE] había otra y por parte mía había otra persona. Ese grupo de personas, tres, se veían con una cierta regularidad y hablaban entre ellos [...] para intentar mantener siempre vivo el hilo del diálogo y encontrar soluciones a una realidad política que estaba plasmada en el Parlamento catalán con amplias mayorías. Se llegó a la conclusión de que no pudo haber acuerdo”, explicó.
Preguntado entonces por si el Govern contemplaba un referéndum sin acuerdo, dijo que “no había que descartar al cien por cien el referéndum unilateral”, aunque “no era ni la primera, ni la segunda, ni la tercera opción. La prioridad absoluta y total en todo momento era buscar el acuerdo, pero en la otra parte tenía que haber alguien dispuesto a un diálogo político”.
“ME MARCHÉ PORQUE QUISE”
Mas aseguró en relación a su renuncia a presidir la Generalitat tras las presiones recibidas de la CUP que “si me marché fue porque quise y porque pensé que ese era el mejor camino para proseguir con el mandato de las urnas”. A la CUP la acusa de incumplir su compromiso de aprobar los Presupuestos, aunque no pudo asegurar si la celebración del referéndum fue su condición para respaldar a Puigdemont en la cuestión de confianza.
Preguntado de nuevo sobre el cambio de rumbo que significó la decisión de celebrar un nuevo referéndum, Mas aseguró: “Se puede hacer una hoja de ruta un día, se puede transformar en un programa político unos meses después, o no, con matices, se puede presentar a unas elecciones, ese programa puede tener un aval determinado en unas elecciones y una vez que el Parlamento está constituido se elige a un presidente, que somete a votación un programa de Gobierno que incluye esa investidura. Y en cualquiera de estas fases, el programa puede ser distinto”.
El expresident insistió en que la decisión de que todo tuviera un sustento legal era una auténtica obsesión para el Govern. “Siempre se quiso tener un marco legal que diera seguridad a las personas implicadas", porque en los últimos años "hemos vivido permanentemente bajo el riesgo que el Constitucional nos suspendiese las leyes, cualquier ley".
En esa línea, dijo sobre Ley de Referéndum que “no estaba claro que esa ley fuera imprescindible y el juicio general era que su recorrido sería muy corto porque sería inmediatamente suspendida por el Tribunal Constitucional, como así fue”. Y reiteró que "la voluntad era de entendimiento para identificar el camino más seguro para cumplir el mandato electoral".
Ante las preguntas del abogado Francesc Homs, que representa a varios acusados del PDeCat, Mas reconoció que el `Libro Blanco´ del soberanismo se encargó y se presentó durante su mandato en la Generalitat. “Yo mismo como presidente le mande a Rajoy uno de los libros que contenía el `Libro Blanco´, concretamente el capítulo primero, uno de los más importantes, porque tenía un valor jurídico de altísimo nivel. Le mande una carta donde le adjuntaba ese estudio para que él contrastara con su gente hasta qué punto aquello nos permitía identificar un ámbito legal con nuestros planteamientos”.
Defendió su gestión al frente del Ejecutivo catalán y dio cuenta de sus esfuerzos por “explorar todas las vías de acuerdo posibles, si alguna era posible. También es verdad que el mandato era muy claro y ante la imposibilidad de dialogar no se decidió parar máquinas. Se decidió el camino más seguro para realizar el mandato electoral. Y habíamos vivido el acuerdo de Reino unido y Escocia, y con aquel antecedente nosotros teníamos una cierta vía”.
El que fuera presidente de la Generalitat afirmó que "en la hoja de ruta inicial había un referéndum después de unas elecciones constituyentes. Este referéndum, el que se celebró, era un intento más, no el primero, de contar cuánta gente hay a favor y en contra de la independencia en Cataluña".
LA VECINA DE MAS
Preguntado por Jordi Pina, abogado de Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull, el expresident Mas explicó que el 1-O fue a votar al colegio electoral Niño Jesús, el habitual al que acude. “Vi un despliegue enorme de furgonetas de la Policía Nacional, haciendo fila en una calle adyacente. Llegue al colegio electoral sobre las 10.00 y la primera imagen que me encontré fue una vecina del barrio con la frente con sangre y la blusa totalmente manchada. Lo recuerdo perfectamente porque hicimos la broma de que le íbamos a comprar una nueva blusa y la conversación fue en castellano porque esa persona habla habitualmente en castellano”.
El abogado pidió en ese momento la exhibición de imágenes de la Escuela Infantil Niño Jesús en la que se puede ver a una mujer con la frente ensangrentada. Mas reconoce a la señora antes de ver otras imágenes de la puerta del colegio con una gran presencia de Policía Nacional.
El letrado Javier Melero, que fue su defensor en el juicio por desobediencia y ahora representa al exconseller de Interior Joaquim Forn, le preguntó por la gestión de la seguridad del referéndum. "Siempre expuso que los Mossos tenían una actuación profesional. Otra cosa es que se reporte a la autoridad política cosas relevantes de las actuaciones", indicó.
Rememoró que en algún momento se planteó que la movilización ciudadana fuera permanente, pero los responsables políticos lo rechazaron porque ese tipo de protestas podría desembocar en episodios de violencia. "Después de lo que pasó el 1-O, descartamos cualquier escenario que pudiese provocar una violencia como la que habíamos visto aquel día”, aseveró.
"Nunca pensamos que la reacción del Estado sería enviar fuerzas de seguridad para intervenir en el 1-O", dijo Mas, que además reconoció haberse equivocado al anticipar la que podía ser la reacción del Ejecutivo central: “No pensé que el Estado fuera tan poco inteligente", afirmó.
Preguntado por si esos enfrentamientos se pudieron contemplar como una oportunidad para el independentismo, Artur Mas dijo: "Yo pensé que la reacción del Gobierno central nunca sería una reacción de mandar a las fuerzas de orden público para intervenir, otra cosa es que las mandara para advertir. Y me equivoqué. Pensé que el Estado tenía mecanismos suficientes para, desde un punto de vista jurídico, desnaturalizar el referéndum aun a riesgo de que se celebrara, pero teniendo en cuenta los poderes naturales del Estado, ¿por qué iban a hacer algo tan poco inteligente que pudiera dar la vuelta al mundo?”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
27 Feb 2019
SGR/ICG/caa