Sobre la aplicación del procedimiento de urgencia en la aprobación de la ley de referéndum, la expresidenta dijo que “cumplimos estrictamente el reglamento del Parlament de Cataluña”. En ese sentido, recordó que “no es necesario justificar por qué es de urgencia” la aprobación de una determinada norma.

“Muchos grupos parlamentarios piden que se realicen trámites con urgencia porque ellos deben pensar que es lo mejor. En cualquier caso, no es cuestión de la Mesa”, insistió volviendo a descargar la responsabilidad sobre los grupos parlamentarios que impulsaron la iniciativa.

En relación a la omisión del informe del Consejo de Garantías Estatutarias, que suele solicitarse antes de someter una ley al Parlamento, Forcadell explicó que “el Pleno votó prescindir de este trámite que no existe en el 81.3 ni en la lectura única porque no era una tramitación ordinaria”.

La acusada aseguró que a lo largo de la jornada del 6 de septiembre en que se aprobaron las leyes de desconexión no habló “para nada con el presidente Puigdemont”. De hecho, dijo, "no era habitual que me reuniera con el presidente del Govern. La reunión que mantuve con Puigdemont sobre la moción de confianza fue excepcional", ya que nunca se había planteado una cuestión de confianza en el Parlamento catalán.

Forcadell aseguró en varios momentos que nunca alentó la violencia y llegó a decir en respuesta a preguntas de su abogada, Olga Arderiu, estar “dispuesta a renunciar a mis convicciones si ello comporta violencia”.

El presidente de la sala, Manuel Marchena, suspendió hasta mañana a las 10.00 horas el juicio que se reanudará con las declaraciones de los testigos, entre ellos, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el expresidente de la Generalitat Artur Mas, entre otros.