"Trabajamos bien juntos", refirió aludiendo a los resultados del grupo como prueba, que en 2018 aumentó un 18% la ganancia en euros y al 32% en moneda local, y permitió superar el 11% en rentabilidad sobre activos tangibles (Rote).

Botín explicó que la decisión de incorporar al banquero italiano desde UBS se tomó con un "riguroso" proceso interno, "al más alto nivel de gobierno corporativo" ,y se anunció por razones regulatorias dada la importancia del nombramiento "basado" en las cifras de las que disponían.

Cuando cierran los cálculos conociendo todas las condiciones indicó que, "dados los valores" y por "la responsabilidad hacia el accionista y la sociedad, no era asumible".

La banquera dijo que "no fue fácil" adoptar la decisión pero defendió que era "la correcta hacia los que somos responsables", sin querer entrar a elucubrar sobre la posibilidad de que Orcel denuncie al Santander por incumplimiento de contrato. "Es una parte confidencial", zanjó al ser cuestionada sobre esa posibilidad y si existe o no cláusulas que obliguen al banco a compensarle al frustarse la contratación.

Cuando se anunciaron los cambios, el Santander promovió a Álvarez a la vicepresidencia y el plan era que sustituyese además a Rodrigo Echenique en la presidencia del Santander España (creado por la fusión de su red española con el Popular), ante el deseo del histórico banquero de retirarse de la primera línea ejecutiva.

Se explicó como un cambio para una nueva etapa donde Álvarez asumía funciones más estratégicas y se separaba del día a día. Botín indicó que nada cambia ahora aunque se continuará con la idea de imprimir en su nuevo plan estratégico una aceleración en la digitalización del grupo.

Al ser cuestionada reiteradamente sobre el rol de Álvarez, al que dijo que mantendrá de manera indefinida como 'número dos', quiso zanjar las dudas con estas palabras: "José Antonio, es como yo, un buen soldado y hacemos lo que nos toca. Ha hecho un trabajo espectacular antes, después y en todo momento. Esto es el Santander y punto".

Sí reconoció que el grupo tendrá que buscar un sustituto a Echenique dentro de la casa, donde defendió la existencia de "mucho talento", o fuera, aunque desveló sus intentos de tratar de convencer al histórico ejecutivo para que no salga en marzo, "que no tenga tanta prisa", como había previsto y prolongue su estancia y mandato.

Para la búsqueda del sustituto dijo que, en todo, caso se seguirá "un proceso riguroso interno" como suele aplicar el grupo para cualquier cargo y más en los de alta responsabilidad, donde "queremos a las mejores personas".

Botín quiso restar hierro a la situación creada con el no fichaje de Orcel y a las supuestas tensiones con UBS que según algunas informaciones se había enturbiado al no aceptar el banco de inversión asumir parte de su millonaria compensación.

"Tenemos buenas relaciones con UBS y la vocación es trabajar con el banco de inversión que nos dé el mejor servicio", dijo. De hecho, Orcel y desde UBS, ha sido uno de los asesores del Santander en algunas de sus grandes operaciones y es uno de sus bancos de inversión de cabecera desde hace años.

También reivindicó que la inquietud mostrada sobre este revés no preocupa en absoluto al mercado, que ha visto la continuidad de Álvarez con normalidad. A título de ejemplo, indicó que en una hora de presentación de resultados a analistas ninguno se interesó por la cuestión.

"El mercado es el mejor indicador de que ni antes ni después ha dejado de confiar en el equipo, me remito a los precios", subrayó.