Así lo denunció este jueves Acción contra el Hambre, que precisó cómo los grupos armados en el norte de Malí dieron 48 horas de plazo a parte de la población para abandonar sus aldeas el pasado mes y cerca de un millar de personas de etnia árabe, fulani y tuareg se vieron obligadas a traspasar la frontera con Níger y refugiarse en Miguiza, región de Tahoua, al oeste del país.

La organización está desplegando una respuesta de emergencia para atender a más de 20.000 personas en situación de vulnerabilidad y, según sus previsiones, 54.000 y 17.000 personas en Níger y Malí, respectivamente, estarán en” riesgo severo” de inseguridad alimentaria este año.

Acción contra el Hambre alertó de que la estación del hambre, que se produce en el Sahel entre los meses de junio y agosto, “podría agravar la situación de inseguridad alimentaria para refugiados, desplazados internos y población de acogida”.

Se trata de un periodo de escasez entre cosechas que se da cada año en países cuya población, como en el caso de Níger, depende de la agricultura de subsistencia. Las reservas de alimentos de la cosecha anterior se van agotando y esa falta de oferta hace que los precios suban.

“Hemos identificado que las familias locales solo hacen dos comidas al día de media mientras que las refugiadas sólo hacen una”, alertó Lucía Prieto, responsable regional de Acción contra el Hambre para Níger y Mali, quien precisó que algunos hogares se ven obligados a reducir su ración alimentaria o a vender su ganado para alimentarse.

Acción contra el Hambre ha hecho una evaluación de emergencia que ha revelado “necesidades urgentes” en la zona en 2.874 hogares. “El agua es verdaderamente escasa, la decena de pozos que hay se secan apenas se empieza a extraer agua, y sólo la población local tiene los medios para poder comprar el agua a 20 km de distancia”, señaló Pauline Jacquart, coordinadora de Emergencia de Acción contra el Hambre en Níger.

No obstante, la rehabilitación y la instalación de infraestructuras como estaciones de bombeo, permitirá a más de 3.000 personas acceder al agua potable y mejorar sus condiciones de higiene, agregó.

Junto a ello, las necesidades más urgentes son disponer de lonas, mantas y ropa para refugiarse, ya que el período de frío será particularmente difícil para los niños.

Desde que comenzaran los desplazamientos en la región Acción contra el Hambre ha distribuido artículos no alimentarios como mantas, lonas para el refugio o utensilios de cocina y a finales de esta semana habrá distribuido kits de agua, saneamiento e higiene y artículos no alimentarios a 20.118 personas.

La escasez de recursos repercute tanto en la población refugiada, como en la de acogida, ya que 5,2 millones de personas en Malí viven con necesidad de asistencia humanitaria y los desplazamientos internos se han duplicado en 2018 hasta alcanzar más de 77.000 personas.

Por su parte, Níger es el país con peor Índice de Desarrollo Humano y el gobierno ha prolongado el estado de emergencia declarado en marzo de 2017 en los departamentos de Tillia y Tassara por la inseguridad. La tasa de desnutrición aguda ronda el 14% y se espera que la zona sea fuertemente azotada por la estación del hambre.