En la segunda jornada de declaración judicial de García Castaño en relación a la `Operación Kitchen´, el excomisario insistió en sede judicial en que las pesquisas realizadas fueron una investigación oficial de la Policía Judicial "de refuerzo".

Dentro de esa operación también se le encargó investigar a un compañero de celda de Bárcenas, que se comprometió a pasarle información sobre el 'caso Gürtel', algo que finalmente no hizo.

El expolicía insistió en que toda la operación fue legal y que su objetivo era únicamente recuperar fondos que supuestamente Bárcenas tendría ocultos en el extranjero y controlar a sus posibles testaferros.

Tal y como dijo el jueves el propio Pino, García Castaño explicó que la llamada `Operación Kitchen´ no existió como tal, sino que esta denominación fue una fórmula informal para denominar esta actividad de vigilancia que le puso después de haberla iniciado el propio Villarejo, porque el chófer de Bárcenas, captado para espiarle, era conocido por el apodo de `cocinero´.

La existencia de la `Operación Kitchen´ ha sido reconocida por el propio Ministerio del Interior, que ha informado de que se realizó entre los años 2013 y 2015, mientras era ministro Jorge Fernández Díaz. Según los dados admitidos por el Gobierno, Interior habría pagado con fondos reservados a varias personas, entre ellas el chófer de los Bárcenas o el compañero de celda del extesorero, para que obtuvieran información y documentos en manos de Bárcenas relacionados con la `caja B´ del Partido Popular.

La Fiscalía atribuye tanto a Pino como a García Castaño los delitos de malversación, prevaricación, cohecho, robo de documentos y allanamiento de morada, este último en relación con el asalto a la casa de los Bárcenas protagonizado por Santiago Olivares, que entró en el domicilio disfrazado de cura y portando una pistola y que cumple 22 años de prisión tras haber sido juzgado.