Así lo puso de manifiesto este martes el propio autor durante la presentación de las conclusiones del estudio, según el cual, además, este sector “contribuye clara y notablemente” a la creación de valor añadido bruto de la economía, así como a la generación de empleo directo e inducido, y “juega un papel relevante” en la creación de valor económico del idioma español.

Tras precisar que el sector editorial español es el quinto del mundo, con más de 200 filiales presentes en una treintena de países, Durán apostó por impulsar la competitividad de estas compañías para “mantener el efecto sede central y reducir las posibilidades de potenciales deslocalizaciones hacia el exterior”.

En este punto, subrayó que la actividad editorial realiza una importante contribución al valor económico del español, que representa el 15% del PIB y el 16% del empleo y es una “gran exportadora”, y lamentó cómo, a pesar de ello, “algunas políticas” de las administraciones regionales en materia de ayudas para la adquisición de libros de texto y la falta de políticas de Estado están conduciendo a una situación de “segmentación y desigualdad” en la enseñanza Primaria y Secundaria, al tiempo que ponen “en peligro el papel de la industria como difusor cultural, así como su apuesta por la innovación educativa”.

A su juicio, unas “adecuadas” políticas educativas en esta materia contribuirían a favorecer la igualdad entre los alumnos en las diferentes comunidades autónomas y la "eficacia y eficiencia de las políticas de las ayudas a las familias para los libros de texto, así como una reducción de los costes administrativos”.

Durán reivindicó el establecimiento de un calendario y un periodo de vigencia común para la renovación de los materiales escolares, algo que facilitaría la planificación y el ahorro de costes administrativos.

En la misma línea, criticó propuestas como los 'bancos de libros', que, dijo, "pueden fomentar el deterioro y obsolescencia de los libros" y provocar un "continuado retroceso en la edición de libros de texto y materiales curriculares".

Por su parte, el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila, subrayó que las compañías editoriales son “una empresa, tienen exactamente las mismas exigencias y condicionamientos que cualquier otra empresa”.

“En el sector editorial tenemos multiplicidad de legisladores que están en estado de excitación porque legislan permanentemente, todos los años”, indicó. “Hemos conseguido tener 17 sistemas de gratuidad distinta, que cambian cada año, no son estables y que no están viendo las consecuencias en la calidad educativa”.