La alcaldesa, Manuela Carmena, ha hecho un repaso por los principales datos de Madrid Central y ha anunciado la creación de una comisión de seguimiento, con expertos y colectivos implicados, en enero.

La demanda en la EMT ha crecido un 3% en el interior de Madrid Central y un 5% en el perímetro. Respecto a la regularidad, ha sido del 1% y el 1,8%, respectivamente.

También ha aumentado la afluencia peatonal, ya que por la Gran Vía pasan cada día laborable una media de 100.000 personas, un 40% más que en 2017. Los fines de semana y festivos la cifra ha llegado a las 160.000 personas.

El balance, por tanto, tras casi un mes de aplicación de Madrid Central, “es positivo”, porque “ha permitido un incremento de la movilidad sostenible y un descenso del uso del vehículo privado, contribuyendo a la reducción de emisiones contaminantes”, indicó.

ZONA SER

Por su parte, la intensidad de circulación en el interior de la Gran Vía ha descendido en días laborales en un 30,42%, mientras que en la calle de Toledo el descenso ha sido de un 9,66%, y de un 8,27% en la calle de San Bernardo.

En el exterior de Madrid Central el tráfico en el perímetro de la zona de bajas emisiones ha disminuido en un 2.53%, mientras que se ha incrementado un 0,9% en la M30, siendo el principal itinerario alternativo para el tráfico de paso, como estaba previsto. Con estos datos, según el Ayuntamiento, se confirma que no hay 'efecto frontera'.

Respecto a los aparcamientos de rotación de EMT en Madrid Central, a diario se mantienen estables respecto a antes de su entrada en vigor, y en el perímetro la bajada es del 10%. En fin de semana baja un 10% en el interior y sube entre un 5 y 16% en el perímetro.

En los aparcamientos del SER dentro de Madrid Central, que ahora son todas plazas verdes y solo pueden aparcar residentes y vehículos autorizados como los Cero, los Eco y los de las personas con movilidad reducida, se han vendido un 50% menos de tiquets respecto al mismo periodo del año anterior. El descenso de vehículos sin etiqueta es del 80%.