La directora del Latinobarómetro acusa a las “élites” de “apropiación” del poder y de “olvido” del pueblo

Madrid
SERVIMEDIA

La directora ejecutiva del Latinobarómetro, Marta Lagos, acusó este miércoles a las “élites” de América Latina de haber “traicionado” el espíritu de la transición a la democracia en esa región después de que se hayan “apropiado” del poder “olvidándose” del pueblo.

Así se pronunció Lagos durante la celebración en la Casa de América de Madrid del debate ‘Democracia y constitucionalismo en América Latina’, que estuvo moderado por el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, y que contó con la participación del politólogo Carlos Closa.

Lagos explicó que únicamente el 48% de los latinoamericanos dice preferir la democracia a cualquier otra forma de gobierno, una cifra que va en consonancia con el hecho de que el 24% de ellos se muestra satisfecho con ella, mientras que el 71% se declara insatisfecho.

Utilizó estos datos para expresar su sorpresa ante la incredulidad que ha despertado la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de Brasil. Subrayó que la elección de este tipo de liderazgos también encuentra su explicación en el hecho de que uno de cada dos latinoamericanos considera que no tiene ninguna esperanza en mejorar su situación socioeconómica en el futuro.

Expuso que el 70% de los latinoamericanos piensan que sus gobiernos no trabajan en aras del interés general, una sensación que se ha visto agravada con la presencia de 19 presidentes o vicepresidentes de la región encarcelados, encausados o perseguidos por corrupción y con la existencia de diez gobiernos de la región salpicados por el escándalo de corrupción de Odebrecht.

A ello sumó que salvo Uruguay, país que puede ser considerado una democracia plena y estable, una realidad que contrasta con las de Paraguay y Chile, cuyas poblaciones prefieren en un 23% y 21%, respectivamente, gobiernos autoritarios.

Estas evidencias, a su juicio, llevan a que “los pueblos menos formados” se desentiendan de la política y apuesten por opciones electorales que se presentan como ajenos al sistema y como contenedores de soluciones a todos los problemas.

Fundó su opinión en que sólo un 5% de latinoamericanos crean que en su país haya “plena democracia”, a que en los últimos diez años el promedio en la aprobación de los gobiernos entre las opiniones públicas de la región haya bajado treinta puntos, pasando del 60% al 30% actual y a que el 14% tenga una opinión favorable del Parlamento.

Afirmó que “el tener elecciones no es motivo suficiente para ser considerado una democracia”, lo que le sirvió para acusar a las “élites latinoamericanas” de “traición” al espíritu de la transición a la democracia desde las dictaduras militares de la década de 1980 después de que se hayan “apropiado” del poder “olvidándose” del pueblo.

Por ello, vaticinó que el ultraderechista Bolsonaro y el izquierdista presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fracasarán en su gestión no tanto por su incapacidad sino por el volumen y la gravedad que caracterizan a los problemas de América Latina.

Destacó como una “cortina de humo” la diferenciación clásica izquierda-derecha, puesto que a la sociedad latinoamericana le importa un “soberano pepino” la ideología y prefiere cobijarse en aquellas opciones políticas que inciden en la solución de sus problemas cotidianos.

Por último, utilizó el ejemplo de Venezuela, un país donde “hace mucho rato que las elecciones no son elecciones”, para acusar a la comunidad internacional de “timidez” para denunciar los desmanes que se producen en la región.

Por su parte, Closa arguyó la necesidad de crear “mecanismos supranacionales” en organizaciones como la Organización de Estados Americanos (OEA), el Mercado Común del Sur (Mercosur) o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para impedir que los países latinoamericanos se conviertan en regímenes autoritarios.

(SERVIMEDIA)
19 Dic 2018
MST/gja