En apenas 10 años, el porcentaje de estos jóvenes que viven en el nido paterno ha pasado del 51,1% en 2008 al 61,7% en 2017, una subida de más 10 puntos, con una tasa que supera con creces a los años más duros de la crisis.

Según el análisis elaborado por Servimedia sobre los datos de Eurostat, más de la mitad (54,8%) de los que viven con sus padres tienen un empleo, el 27% están desempleados y un 12,2% aún siguen estudiando.

Mientras países de su entorno van reduciendo paulatinamente el porcentaje de jóvenes que aún dependen de sus padres, España sigue una tendencia completamente inversa. De hecho, la cantidad de jóvenes españoles en esta situación se ha incrementado tres décimas entre 2016 y 2017, pese a la reducción de casi un punto que se logró hace dos años.

En el conjunto de la Unión Europea, el porcentaje de jóvenes entre los 25 y los 29 que no se han emancipado es del 42,1%, veinte puntos por debajo de la tasa que registra España.

Según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, la edad media de emancipación de los jóvenes españoles se sitúa ya casi en los 30 años, cerca de tres años más tarde que en el resto de países europeos y en un contexto en el que casi cuatro de cada 10 menores de 30 años se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social.

Además, el 92,4% de los contratos que firmaron los menores de 30 años en 2017 fueron temporales, mientras que los contratos parciales son bastante comunes, con un 16,9% de apenas 10 horas a la semana.

Además, según datos recientes de la Unión Europea, el 26,7% de los jóvenes europeos emancipados viven pisos sobreocupados, donde tan siquiera pueden disponer de una habitación propia.