En el acto central de la campaña, en el Palacio de Congresos de Sevilla (Fibes), ante algo menos de mil espectadores, Rodríguez pudo dejar entrever así que no hará presidenta a Díaz como hizo Marín, pero con un circunloquio metafórico que tampoco la compromete del todo. Sólo se autodefinió como “la alternativa”, aseguró que las encuestas les dan segundos y pueden ser primeros, y, por tanto, son “la alternativa”. “Que nadie nos subordine”, reclamó.

Antes, Rodríguez se proclamó “barrera de contención” frente a los bancos, que son “la única minoría peligrosa”, pidió una banca pública, y replicó a Díaz que si la “estabilidad” que reivindica para pedir el voto es la de la regióno la suya propia, que lleva toda la vida cobrando sueldos públicos.

'SUSANISMO'

“El susanismo se parece al socialismo lo mismo que un huevo a una castaña”, proclamó, dentro de su intención de atraer a votantes del PSOE que vean demasiado conservadora a Díaz. Según dijo, el 'susanismo' es “la segunda generación de socialistas que se crió en la sede” y “sabe muy poco” de lucha social, sindical y vecinal. También sembró sospechas sobre el “feminismo de cartón piedra” de Díaz .

Al PP y Cs les reciminó su campaña precocinada en Madrid, de forma que este segundo partido Está dirigido por ‘Albert Primo de Rivera’, en confusión con el fundador de Falange Española que ya acuñó en el debate televisado.

La candidata de Adelante Andalucía terminó sugiriendo a Marín que “no se ponga celoso”, aludiendo a que no hará que Díaz, que fue investida con el apoyo de Ciudadanos en 2015, le cambie por ella misma. “No vamos a volcar todo este potencial de voluntad de cambio a un Gobierno de Susana Díaz”, aseguró. “Ni mijitas”. Y poco después: “Ya le hemos dado suficientes oportunidades. Se acabó”.