Según este informe, la rentabilidad turística en Barcelona en el verano de 2018 sufrió una caída de los ingresos por habitación (RevPar) del 6,7%, que sin embargo vino acompañada de una subida de la ocupación del 0,7%. La ciudad sigue afectada por la “inestable imagen en torno al ‘procés’, afirma Exceltur.

A este respecto, apunta que los niveles de ocupación en los hoteles de la ciudad han sufrido nuevas caídas interanuales, lo que ha empezado a trasladarse a relevantes rebajas en los precios, con especial intensidad en los meses de verano (-4,5%) debido al mayor perfil vacacional de la demanda.

Este patrón de comportamiento de la rentabilidad turística la compartieron otras ciudades catalanas: Tarragona (-14% en RevPAR y -6,8% en empleo) y Girona (-8,7% en RevPAR y -6% en empleo).

Los destinos catalanes de la costa también sufrieron la inestabilidad política, que se tradujo en puntuales manifestaciones públicas de resonancia internacional en calles y playas, que detrajeron la demanda, especialmente española, y su rentabilidad.

Esta fue la situación de la Costa Brava (-3,3% en pernoctaciones y -2,9% en RevPAR), la Costa Dorada (-6,5% en pernoctaciones y -3,8% en RevPAR), la Costa del Garraf (-3% en pernoctaciones y -4,6% en RevPAR) y la Costa de Barcelona (-5,8% en pernoctaciones y -7,1% en RevPAR)

También hubo caídas en sus destinos más relevantes. En concreto, Lloret (-4,9% en RevPAR y estabilidad en empleo), Roses (-3,8% en RevPAR y -1,7% en empleo), Salou (-3% en RevPAR y +0,3% en empleo), Vilaseca (-7% en RevPAR y -2,7% en empleo) y Sitges (-9,1% en RevPAR y +8,4% en empleo).

La rentabilidad tan solo mejoró en Playa de Haro (+12,3% en RevPAR y -1,2% en empleo), Calella (+1% en RevPAR y -4,2% en empleo) y Cambrils (+8,2% en RevPAR y +0,5% en empleo), en gran medida por su comparación con la caída que experimentó el pasado año debido a los atentados sufridos en el mes de agosto.