La evolución española en inversión en I+D es la peor de las cinco grandes economías de Europa, según manifestaron los científicos de esta sociedad. Ante esta situación, la academia ha aprobado una declaración para dar a conocer a la clase política y a la sociedad las ventajas económicas y sociales que se derivan de una adecuada inversión en ciencia y tecnología.

El presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Jesús María Sanz-Serna, alertó de "la delicada situación de la ciencia en España y el peligro de destruir lo que se ha avanzado en las últimas décadas”, pues “las implicaciones para la calidad y cantidad del empleo son muy negativas".

Por su parte, el profesor Esteban Domingo Solans, académico de la RAC y ponente en la redacción de la declaración, precisó que la reactivación de la inversión en ciencia es urgente "para no retrasarnos más en innovación respecto a otros países desarrollados, ya que la ciencia es la base del desarrollo económico, además de ser una parte muy importante de la cultura moderna".

El presidente añadió que "por razones históricas" en España es muy limitada la percepción social de la ciencia y de los beneficios económicos que aporta. A su modo de ver, tampoco algunas administraciones públicas ni gran parte del sector empresarial valoran la importancia de la ciencia como inversión imprescindible, considerándola un gasto.

"Hay mucho que mejorar también en cuanto a coordinación entre los diversos agentes públicos y privados", reflexionó. Además, es necesario evaluar los sistemas de gestión de la ciencia, "que en España son manifiestamente mejorables", puntualizó.

Por último, la sociedad científica manifestó que aún no se sabe cuándo se van a convocar ayudas a la investigación, ni sus dotaciones presupuestarias y, una vez concedidos los proyectos, “se tarda varios meses en recibir las ayudas y poder ser iniciados”.