Así lo manifestó Sánchez durante una visita al Centro de Recursos para la Infancia y la Adolescencia de Save the Children en el distrito de Puente de Vallecas (Madrid), coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra este miércoles.

Sánchez estuvo acompañado por la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, y el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, Pau Marí-Klose, entre otras personas, y mantuvo un encuentro con un grupo de padres y madres con sus hijos, que han podido trasladar al jefe del Ejecutivo sus inquietudes y la realidad en la que viven.

El presidente del Gobierno destacó la labor realizada por organizaciones como Save the Children forjando una coalición entre las entidades públicas y privadas, e indicó que el Ejecutivo “quiere ser parte activa” de este trabajo formando parte de una gran alianza contra la pobreza infantil.

Por su parte, Andrés Conde, director de Save the Children, insistió en los elevados índices de pobreza infantil existentes actualmente en España, así como en la importancia de “una inversión ambiciosa y sostenible en el tiempo”.

“La pobreza comienza en la infancia. Más de dos millones de niños y niñas viven en la pobreza en España y ese dato es inaceptable. La lucha contra la pobreza infantil no es solo una cuestión de las administraciones públicas, también es necesaria la implicación del sector privado y la sociedad civil”, añadió.

España es uno de los países con tasas de riesgo de pobreza infantil más altas de Europa, con un 29,7% en 2016 (último año con cifras completas en la UE), lo que supone 9,7 puntos por encima de la media europea. Esta cifra bajó el año pasado al 28,3%.

En España, los hogares con incidencia más alta de pobreza tienen niños, especialmente familias monoparentales, la mayoría con mujeres al frente, y familias numerosas. En el período 2012-2015, el riesgo de pobreza persistente entre menores de 18 años fue del 22,3%, muy superior al de otros grupos de edad.

La falta de inversión presupuestaria en políticas de infancia explica esta situación, ya que España dedica tan sólo un 1,3% de su PIB a transferencias para la infancia, poco más de la mitad de la media de los países de la UE, que se sitúa en el 2.4%.

Ante la gravedad de la situación actual, desde el Alto Comisionado de Lucha contra la Pobreza Infantil pretende coordinar y aunar esfuerzos para prevenir las situaciones de carencia y exclusión social contribuyendo a configurar la agenda política, diseñar y evaluar programas, así como a conectar la labor realizada desde ministerios, comunidades autónomas, ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales y el resto de agentes sociales.