El BCE pide reforma estructurales para atajar el problema del envejecimiento de la población
- Praet alerta de que si no se prolonga la vida laboral, el envejecimiento de la población presionará para mantener los tipos bajos
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La baja natalidad y el envejecimiento paulatino de la población en Europa condicionan los tipos de interés y podrían ejercer una presión adicional para que se mantengan los tipos de interés reales bajos o próximos a cero "durante un tiempo" si los gobiernos no toman cartas sobre el asunto y buscan soluciones con reformas estructurales.
Así lo indicó hoy Peter Praet, miembro de la Junta Ejecutiva del BCE, en la conferencia de la Cátedra de Economía y Sociedad 'laCaixa', en la que fue presentado por el presidente de Caixabank, Jordi Gual.
"El envejecimiento de la población es un desafío para la sostenibilidad de las finanzas públicas y la política monetaria, y ejerce una presión a la baja en los tipos", refirió subrayando que es un factor que se suma además a la incertidumbre sobre la desaceleración de la economía a la hora de determinar la política monetaria. El envejecimiento, añade "muchas incertidumbres" sobre el impacto de estos efectos, máxime cuando se sabe que el envejecimiento de la generación del 'baby boom' ejercerá presión "en los próximos 20 ó 30 años" reduciendo el "margen de maniobra de la política fiscal".
Praet subrayó que el problema es estructural, en buena parte de los países de la zona euro, y difícil de abordar con la situación actual de las arcas públicas, y emplazó a los gobiernos a asumir su responsabilidad y atajarlo. "La responsabilidad de la política de estabilización se ha dejado demasiado en manos de los bancos centrales, que tienen sus problemas" y han tenido que arbitrar ya medidas imaginativas para atajar la crisis y desaceleración de las economías, se quejó.
La Comisión Europea, según datos aportados en su conferencia, proyecta que la relación de dependencia de la vejez aumentará en alrededor del 30 o 50% para 2070, siendo el grueso del aumento "en las próximas dos décadas". Un cálculo estima que mientras hoy cada jubilado cuenta con el apoyo o contribución para su pensión de unos tres trabajadores, en el horizonte de ese ejercicio se reducirá a solo dos empleados en activo para cada jubilado.
Según el responsable del BCE, si los gobiernos no abordan reformas estructurales que ayuden decisivas se correrá el riesgo de que en el futuro las prestaciones bajen, reduciendo de forma dramática la capacidad adquisitiva de los futuros jubilados, una circunstancia que acabará afectando a la evolución de la economía.
Praet subrayó que ya hay ejecutivos como el francés que están abordando el problema, apuntando que esa debería ser la línea. Si bien consideró que las fórmulas para enfrentar el desafío son múltiples, señaló la prioridad de "recapacitar a los trabajadores" para que "trabajen más tiempo" y pasen, por ejemplo, de una dedicación completa a una ocupación a tiempo parcial. "Lograr margen de maniobra para una política de estabilización es algo que ha ayudado a la economía y por eso los gobiernos deben crear mejor margen de maniobra para el futuro también", insistió.
En su discurso subrayó lo arriesgado de obviar el problema y no atajarlo en países que ya cuentan en la actualidad con una alta deuda pública, porque no actuar obligaría a aumentar aún más dicha carga. "De hecho, las condiciones iniciales no son cómodas en varios países de la zona euro", refirió, tras subrayar que durante la crisis esa factura ya se ha incrementado en alrededor de un 20%.
(SERVIMEDIA)
17 Oct 2018
ECR/JRN/caa