El Papa fue recibido por los Príncipes de Asturias; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez feijoo; el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela; el embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, y los titulares de Justicia y Fomento, Francisco Caamaño y José Blanco, respectivamente.

Una multitud de personas que esperó pacientemente su llegada en el aeropuerto recibió al Pontífice con aplausos y gritos de "viva el Papa".

En su llegada al aeropuerto de la capital gallega, el Pontífice afirmó que se encuentra aquí "como peregrino" movido por el mismo espíritu que animó al apóstol Pablo a visitar España, para honrar a Santiago.

Asimismo, tuvo un recuerdo para los millones "de hombres y mujeres que a lo largo de los siglos han llegado a Compostela procedentes de todos los puntos de la península, Europa y el mundo entero", y que han llenado el camino de "cultura, misericordia y oración".

Ello se plasmó "en hospitales, iglesias, albergues, fuentes e infraestructuras", y de esta forma se fue desarrollando una fisonomía espiritual marcada por el Evangelio" en todo el continente.

En su intervención, el Papa reivindicó así "las raíces cristianas" de Europa, a la que invitó a "edificar su presente y su futuro desde la verdad y la libertad", que garanticen "una justicia para todos".

La sociedad no debe preocuparse en exclusiva de las necesidades materiales, sino también de las sociales, espirituales y religiosas del hombre", pues solo así "trabajará de forma eficaz por su bien", subrayó.

Benedicto XVI aseguró, además, "sentir una gran alegría" por hallarse en Santiago, desde donde se exportó el cristianismo al viejo continente, y en España, "tierra de grandes santos y poetas como Ignacio de Loyola, santa Teresa o san Juan de la cruz".

También fue el origen en el siglo XX de múltiples asociaciones evangélicas, prosiguió, y posee "un gran patrimonio de valores humanos" y "gran capacidad para ofrecer su solidaridad", declaró.

Por último, se mostró satisfecho ante la visita que realizará a Barcelona, ciudad que "desde los albores del cristianismo" dio muestras de su fe con múltiples iniciativas y construcciones.

"Esa fe animó a Gaudí a construir la Sagrada familia", continuó Benedicto XVI, donde a su juicio "se refleja toda la grandeza del espíritu humano que se abre a Dios".

BIENVENIDA DE LOS PRÍNCIPES

En su intervención, el príncipe Felipe quiso dar "una calurosa bienvenida" al Pontífice, y agradeció "su aprecio por España".

Asimismo, definió el Camino de Santiago como "el primer proyecto europeo" y destacó el compromiso del Papa "por la paz y la dignidad del ser humano", en especial en "estos tiempos de crisis".