En la sesión de control al Ejecutivo del Congreso, el jefe del Gobierno respondió a una pregunta del diputado del PDECat Carles Campuzano sobre “cómo piensa encauzar democráticamente el conflicto”, y aseguró que lo que quiere es “normalizar” las relaciones institucionales con Cataluña.

El presidente subrayó que “el conflicto en Cataluña no es tanto el de la independencia como el de la convivencia” y lo “más importante” es que “todos” sean “conscientes” de abrir un proceso de diálogo dentro de la ley, primero entre catalanes y luego entre el Ejecutivo catalán y el Gobierno central.

“Democracia es, por supuesto, diálogo, pero también es respetar las reglas del juego” y “dentro de la legalidad y con la fuerzas del diálogo estamos dispuestos a hablar con el Govern”, pero éste también tiene que hacer la “reflexión” de “abrir un proceso de diálogo con la otra parte” a la que ahora “no se dirige”.

Según Campuzano, “la sociedad catalana exige respeto y algunos de sus ministros no trabajan precisamente para ese diálogo”. Además, recordó que “nadie” ha asumido “responsabilidades por las cargas policiales” del 1 de octubre del año pasado.

El diputado catalán dijo que no comparte que el problema sea de convivencia y le instó al presidente a abordar la cuestión con “coraje político, sentido democrático, y a respetar a la sociedad catalana”, y eso no pasa, dijo, por condecorar al delegado del Gobierno con Mariano Rajoy, Enric Millo; o cuando el ministro de Exteriores “veta” al presidente Torra en una cumbre euromediterránea.

FIN DE BLOQUES Y DESCONFIANZA

Por su parte, el presidente reiteró que la situación en Cataluña “no es un problema” al que se pueda responder en breve espacio de tiempo, porque se trata de una “crisis que se ha larvado durante más de una década” y va a “necesitar sosiego, determinación, mucha generosidad y sentido de Estado”. De hecho, pidió nuevamente al Partido Popular el “sentido de Estado “que el PSOE ofreció al Gobierno cuando estaba en la oposición".

“Lo que queremos es normalizar las relaciones institucionales”, dijo el presidente, para después destacar los acuerdos y las comisiones bilaterales activadas, como la “mejor manera de empezar a destensar la situación, a normalizar las relaciones institucionales, sobre todo para algo muy importante, que es reconstruir la confianza y la lealtad entre las partes”.

“Ahora mismo, ustedes desconfían, nosotros desconfiamos, y es evidente que hay una brecha que tenemos que no socavar ni ahondar, sino estrechar conforme pasan los meses y agilizando esos procesos de diálogo”, reconoció.

Por ello, Sánchez instó al representante soberanista a recordar el resultado de las elecciones del pasado 21 de diciembre, en las que el 80 de la sociedad “no habló de independencia, sino de convivencia”, y “la solución, pero eso lo tiene que liderar el Govern de Cataluña, es acabar con la dinámica de bloques y empezar a tender puentes”, concluyó.