El informe indica que un 38,3% de los encuestados se sienten capacitados para responder ante una parada cardiaca, dato que llamó la atención de los ponentes, ya que el estudio manifiesta que las personas se sienten más capacitadas para responder ante una situación de atragantamiento (57,7%) o desvanecimiento (59%). Aunque son "buenos datos", se sitúan "lejos de países europeos", señaló la enfermera de Emergencias ‘Summa 112’ Esther Gorjón Peramato.

Del mismo modo, un 41,3% de los participantes se consideran capaces de utilizar un desfibrilador automático (DEA) en caso de que fuera necesario. Esther Gorjón, quien ofreció los datos del estudio en la presentación, afirmó que existen informes en los que se demuestra que “niños sin formación pueden utilizar un DEA”, por lo que recordó la importancia de la formación.

En este sentido, aunque un 46% de los encuestados sí ha recibido información sobre primeros auxilios y maniobras de soporte vital, un 53,8%, no. Aumenta el porcentaje de personas formadas sobre todo entre estudiantes (62%) y en el tramo de edad de 18 a 36 años.

En cuanto a la experiencia real en la práctica de primeros auxilios, el 38,5% de los encuestados respondió que tuvo que realizar, en alguna ocasión, maniobras de primeros auxilios a una persona que lo necesitaba. De este porcentaje, un 18% eran acciones concretamente en caso de parada cardiaca, siendo la situación en la que menos encuestados tuvieron que prestar primeros auxilios.

Algunas de las causas por las que los usuarios no actúan en caso de necesidad es la creencia de que haya implicaciones legales en caso de que una persona sin conocimientos suficientes actúe y no obtenga resultados -como que esa persona salve la vida-, dato que asciende al 70%. “Siempre que haya buena voluntad, no va a haber problema legal. Además, con buena formación se deberían de quitar estos miedos”, aclaró Gorjón.

Con estos datos, la enfermera de Emergencias ‘Summa 112’ afirmó que existe la necesidad de trabajar en campañas de sensibilización de la población para que sepa cómo actuar en caso de que ocurra una parada cardiorrespiratoria, ya que “más gente formada” significa “más supervivencia a largo plazo”. “Mi trabajo depende de lo que se haya hecho antes”, dijo.

En España se producen entre 15.000 y 20.000 muertes al año por paradas cardiorrespiratorias, según datos ofrecidos por el director del área de Salud y Prevención de Fundación Mapfre, Antonio Guzmán. En Europa, el número asciende a 300.000 personas y a nivel mundial se estima que alrededor de 3,7 millones de personas fallecen cada año por esta causa.