En los pasillos del Congreso, Tardà expresó su opinión de que el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, "se ha dado cuenta de que su posición era insostenible" y por eso ha reconocido en una entrevista que "preferiría" que los políticos encausados por el proceso independentista en Cataluña no estuvieran en prisión preventiva.

En esa misma entrevista, subrayó, Borrell reconoce a Cataluña como "nación" y "se hace un lío" al hablar de la autodeterminación, lo que considera una muestra de que "se siente mal" porque un demócrata no puede "negar la voluntad expresada por la ciudadanía".

Tardà subrayó que un millón de personas salieron a la calle en Cataluña para celebrar la Diada "y no se rompió ni una papelera", y negó que haya división en la Generalitat aunque sea "bicolor", algo que en Europa se considera un síntoma de "madurez" democrática.

El hecho de que Casado considere esa celebración un "aquelarre sectario" le parece "una barbaridad", un comportamiento propio de "un hooligan" con "connotaciones autoritarias" que representa "lo más negro del nacionalismo español".

Subrayó que hace diez años se expresaba "de forma mucho más virulenta" y pidió "no caer en ninguna trampa" y tener en cuenta que el PP "querría" que el problema en Cataluña fuera "de orden público" porque "el escenario en que se sienten cómodos es el escenario del garrote".