Camacho decía que no habrá salida de la crisis si la “igualdad no es elemento esencial de la libertad”

- Decenas de miles de personas despiden al sindicalista cantando La Internacional

MADRID
SERVIMEDIA

Decenas de miles de personas dieron esta mañana su último adiós al histórico dirigente sindical, Marcelino Camacho, y lo hicieron recordando sus últimas reflexiones sobre la actual crisis. “El mundo no saldrá de esta crisis si no incorpora la igualdad como elemento esencial de la libertad”, decía a su hijo en los últimos tiempos.

El acto de la Puerta de Alcalá fue previo a su inhumación, que tuvo lugar posteriormente en el Cementerio Civil de Madrid. Junto al retrato de Marcelino Camacho el Sindicato de Estudiantes ha instalado una pancarta con las palabras del sindicalista tras sus largos años de cárcel: "Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar".

Marcelino Camacho falleció la madrugada del viernes en Madrid a los 92 años, una muerte que ha producido un profundo pesar en sindicatos, organizaciones empresariales y partidos políticos. Camacho es considerado una figura indiscutible de la transición y de la coherencia en la defensa de los derechos de los trabajadores.

La llegada del coche fúnebre a la plaza que ha sido escenario de tantos mítines del Primero de Mayo y de tantas protestas obreras fue recibida por una marea de puños en alto, una fuerte ovación y gritos de “La lucha sigue, Marcelino vive” y “Que viva la lucha de la clase obrera”.

El féretro de Camacho flanqueado por las coronas del PCE, CCOO y la familia, se instaló delante del pequeño escenario colocado ante la Puerta de Alcalá. Sonaron las notas de “Viaje a Itaca”, compuesta por Lluís Llach en homenaje al sindicalista. Y la familia Camacho en pleno, subió al estrado flanqueada por los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y del PCE, José Luis Centella.

Josefina, su viuda, agradecía las muestras de cariño con un abrazo emotivo y era el centro de un grupo en el que también estaban José María Fidalgo, ex secretario general de CCOO; Antonio Gutiérrez, que sucedió a Camacho al frente del sindicato tras su dimisión en 1987 y Cándido Méndez, secretario general de UGT.

También subieron al escenario Santiago Carrillo y el que fuera presidente del Tribunal Constitucional y miembro del Consejo de Estado, Manuel Jiménez de Parga, que tuvo un papel esencial durante la transición democrática.

Su mujer estuvo presente durante todo el acto junto con sus hijos y su cuñada y, aunque no estaba previsto, dirigió unas breves palabras a los presentes al final del homenaje.

Josefina relató una de las últimas visitas que recibió Marcelino antes de morir. Se trataba de una vecina con la que estuvo hablando “de lo mismo de siempre” y a la que le dijo con un hilo de voz: “Si uno se cae se levanta inmediatamente y sigue adelante”.

Este fue el mensaje que quiso dejar la viuda de Camacho a todos los que asistieron al acto. Además, intervinieron la escritora Almudena Grandes (como presentadora), su hijo Marcel; el secretario general del Partido Comunista de España, José Luis Centella, y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

Marcel Camacho hizo un recorrido por la vida de lucha y compromiso de sus padres y recordó que decidieron “no quedarse en el exilio. Volvimos porque aquí estaba la lucha, porque había que cambiar un país”.

Dijo que “era imposible acabar con su moral de combatiente” y que gracias a ello “hizo imposible el franquismo después de Franco”, tal y como deseaba la derecha.

Ya en sus últimas semana de vida, “cuando le salían pocas palabras y debía elegirlas bien”, hiló su último legado ideológico: “Libertad, justicia social, paz, pero siempre igualdad”.

Según explicó su hijo, Camacho creía que de esta crisis no se salía sólo apelando a la libertad. “El mundo no saldrá de esta crisis si no incorpora la igualdad como elemento esencial de la libertad”.

A sus visitantes del partido y del sindicato que tenía en la última fase de su enfermedad les decía “compañeros, siempre adelante, siempre a la izquierda”.

En esta misma idea de coherencia y lucha es en al que basó Centella su homenaje. “La lucha continúa”, dijo, “y si alguien tiene dudas, que sepa que Josefina llegó a las ocho y media al auditorio Marcelino Camacho (donde estaba instalada la capilla ardiente) con su bandera del PCE bien doblada”.

PITOS A LA MONARQUÍA

El último en intervenir fue Toxo, quien destacó que la figura de Camacho ha concitado el reconocimiento de toda la sociedad, “sin excepción de ningún tipo”, incluso la Casa Real acudió a dar su último adiós al sindicalista.

La referencia a la monarquía, hizo volar banderas republicanas y algunos pitos de protesta se dejaron oír entre los asistentes.

Toxo se refirió a la creación de CCOO como “el gran sueño de Camacho”. “Tuvo más amores: primero, su familia; después, su partido; en tercer lugar, su país y su sueño: CCOO”.

“Marcelino soñó con un sindicato unitario y desafortunadamente su sueño no se cumplió”, dijo el secretario general de Comisiones Obreras.

Rememoró el momento de su dimisión como parlamentario en 1981, porque “se estaban recortando los derechos de los trabajadores” demostrando que “se puede ser comunista y luchar en una organización obrera independiente”.

También se refirió a su dimisión como secretario general del sindicato que fundó, cuando estaba en plenas facultades, demostrando que era capaz de irse “cuando nadie renuncia”.

Sin embargo, la lucha por la justicia social ha seguido siendo su seña de identidad. “ha dejado un legado insuperable” y ha demostrado que “hay esperanza para la clase obrera”.

El acto concluyó con La Internacional que su familia cantó con el brazo derecho en alto, junto a las miles de personas que se sumaron al homenaje.

(SERVIMEDIA)
30 Oct 2010
SGR/lmb