Coincidiendo con el tercer aniversario de la muerte, el 2 de septiembre 2015, del niño Aylan, refugiado sirio y cuyo cuerpo sin vida fue hallado en las costas de Turquía, la organización lamentó que, en lo que va de año, 1.549 personas han muerto tratando de llegar a Europa, 64 de las cuales eran niños.

Save the Children recordó, de otro lado, que España acogió el 42 por ciento de todas las llegadas durante el año y que, en el caso de las realizadas vía marítima, su volumen representa más del doble que el de Grecia y más de cuatro veces el de Italia.

A este respecto, la organización advirtió de que los niños migrantes y refugiados, especialmente los que viajan solos, son los más vulnerables en estos desplazamientos por mar y tierra frente al riesgo de sufrir explotación, violencia y tráfico de personas.

Por esta razón, el director general de Save the Children, Andrés Conde, reclamó al Gobierno de Pedro Sánchez que “lidere” un cambio de políticas migratorias “que permita a los niños refugiados buscar protección en Europa a través de vías legales y seguras para que puedan solicitar asilo en los países de origen o tránsito”.

“No podemos permitir que más niños sigan poniendo en riesgo sus vidas en el mar o en manos de las mafias”, insistió, al tiempo que puntualizó que la mitad de las personas que requieren de protección internacional son niños y que, “de lo que hagamos con ellos dependerá, en buena medida, el futuro tanto de sus países de origen, si algún día pueden y quieren volver, como de las propias sociedades de acogida”.

En este punto, Conde exigió la incorporación de las administraciones locales y autonómicas “para una acogida exitosa” así como la implicación de la sociedad civil, la optimización de las vías para el acceso seguro a España o el seguimiento para que este país aplique el ordenamiento jurídico “en el sentido más favorable a los demandantes de asilo”, entre otras medidas.