La portavoz del PP Isabel Borrego defendió la petición de su grupo para esa comparecencia, al entender que la propia Batet ha presentado "tarde y mal" su propia petición para explicar al Congreso el contenido de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat del pasado 1 de agosto.

Borrego denunció que en esa reunión se aceptó hablar de independencia y de presos, y juzgó "intolerable" que haya un "pacto de gobierno opaco" por el que se paguen "peajes todos los días", aunque algunos de ellos "se han rectificado en los últimos días", como la defensa del juez Pablo Llarena ante la denuncia interpuesta contra él por Carles Puigdemont en Bélgica.

El portavoz de Ciudadanos, Ignacio Prendes, se mostró favorable a esa petición de comparecencia porque el diálogo "es clave en democracia" pero tiene un marco, que es la Constitución y la ley, y que no está en sus competencias cambiar.

Josep Vendrell, de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, rechazó esa petición y acusó al PP de negar la posibilidad de que las partes de una negociación planteen las cuestiones que consideren pertinentes.

En nombre de ERC, Gabriel Rufián lamentó que el PP ponga "el grito en el cielo" para denunciar una "conspiración judeomasónica para cambiar la sacrosanta Constitución" después de haberla cambiado una noche de hace varios años sin que cotara nadie y sólo porque "llamaron Merkel, Obama y Lagarde".

El PNV rechazó también la petición de comparecencia extraordinaria ya que la ministra tiene previsto acudir a la Comisión el miércoles de la próxima semana. En la misma línea se expresó Carles Campuzano, del PDECat, para quien la política del PP ha sido "un fracaso total" y ahora compite con Ciudadanos por el voto nacionalista español, dificultando la búsqueda de una solución política.

José Zaragoza, del PSC y del Grupo Socialista, acusó al PP y a Ciudadanos de buscar no información sino "polémica", sin haber leído siquiera el orden del día de la reunión de la Comisión Bilateral y pretendiendo "promover el enfrentamiento en vez de tender puentes".